La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se vio las caras ayer con Alberto Fabra, justo un día después de exteriorizar la distancia que la separa del jefe del Consell. El motivo radica en las discrepancias entre ambos respecto a la política de grandes eventos. Más exactamente sobre la F-1, un acontecimiento deportivo con el que la alcaldesa se ha comprometido y que el nuevo Consell tiene previsto revisar a la baja. Ayer, ambos estuvieron distantes durante un acto de despedida del personal del Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN. "Los enredos vuelven al PP", como dijo el lunes Barberá.