La propuesta del nuevo ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, de que hacer hábil para el calendario judicial el mes de agosto fue visto con buenos ojos por los representantes de jueces y fiscales en Alicante, aunque siempre y cuando se garantice un régimen de sustituciones que garantiza que se cuenta con unas dotaciones mínimas de personal para sacar el trabajo adelante. El colectivo de abogados no ve con tan buenos ojos la propuesta, ya que la medida le pude suponer a más de uno quedarse sin vacaciones en verano.

El fiscal jefe de Alicante, Juan Carlos López Coig, aseguró ayer a preguntas de este diario que la propuesta "me parece bien, aunque habría que articular un sistema de sustituciones para los periodos de vacaciones de manera que se garantice que se pueda trabajar". Asimismo, el presidente de la Audiencia, Vicente Magro, señaló que "si desde todos lados el mensaje que se nos pide es hacer un esfuerzo para salir de la crisis, no podemos ser nosotros los que empecemos a poner pegas". Sin embargo, puntualizó que debe estudiarse un sistema que garantice que la maquinaria no se interrumpe en agosto. Por su parte, el juez decano de Alicante, Juan Carlos Cerón, señaló que en la jurisdicción penal "de hecho, ya estamos trabajando en agosto", motivo por lo que avanzó que "no tengo una opinión formada porque para nosotros no supone ninguna novedad".

Por ello, el presidente de la Audiencia aseguró que debería articularse un sistema en la jurisdicción civil por el que se turnen qué jueces están de vacaciones cada mes, a fin de poder seguir resolviendo. Para Magro "sin duda, se ganaría en agilidad", y calculó que la medida podría suponer la resolución de cerca de 800 procedimientos civiles ese mes, en el que en la actualidad se paraliza toda la actividad.

El decano electo de los abogados, Fernando Candela, aseguró que estaba en contra de la medida, porque supone dejar al colectivo sin vacaciones. "Lo que tienen que hacer para dar agilidad a la Justicia es poner más medios", aseguró. Las vacaciones de verano es el motivo por el que el mes de agosto pasó a considerarse inhábil judicialmente. Muchos de los juicios señalados en periodo estival acababan suspendiéndose porque cuando no se encontraba de vacaciones alguno de los abogados, lo estaban los testigos.