Carme Chacón, la socialista catalana, nieta de republicano formada en universidades de Barcelona, Alemania, Reino Unido y Toronto que ha sido la primera mujer en dirigir las fuerzas armadas españolas, confirmó ayer en Valencia que optará a la secretaría general del PSOE. "Estoy lista para encabezar un tiempo nuevo en el socialismo español", lanzó a un auditorio abarrotado que llenó el salón de actos, que la UGT de Valencia cedió gratuitamente. Los aplausos duraron casi un minuto. En su discurso, muy breve, aseguró estar "convencida de que el partido puede y debe levantarse y ponerse en marcha. Todos juntos, cuanto antes. Ya. Porque hay gente que no puede esperar más", aseguró en referencia a la delicada situación económica y los recortes.

"Hay mucha gente que se siente con fuerza, con ganas y con capacidad para levantar ya este partido, sin transiciones ni posposiciones", lanzó la dirigente socialista. Por ello, y para reparar el "divorcio del PSOE con la sociedad", -en palabras del diputado y alcalde de Morella Ximo Puig-, Chacón defendió la apuesta por "un PSOE fuerte, que cosa de nuevo el cordón umbilical con la sociedad", como pretende el manifiesto "Mucho PSOE por hacer". "Un proyecto -definió Chacón-para la democracia y la democracia interna del partido que intenta abrir el debate. Y me voy a dejar la piel en ello", aseguró. El manifiesto ha recibido en quince días 60.000 visitas y 1.600 aportaciones de militantes, según adelantó Ximo Puig, uno de los firmantes iniciales del manifiesto junto a Chacón. Una corriente que, como recordó la ex alcaldesa de Palma, Aina Calvo, ansía un "partido con más democracia interna, más participación de militantes, más apertura a la sociedad, más permeabilidad, listas abiertas para elegir los delegados a congresos y evitar la acumulación de cargos".

Ximo Puig -el único que habló en valenciano, pese a que todos eran catalanohablantes- también exigió que el 38 congreso del PSOE "no pase como si no pasara nada, porque pasa mucho". El diputado y alcalde de Morella reivindicó que el partido "tiene que recuperar la credibilidad, hacia dentro y hacia fuera, sin caer en el hipercesarismo y buscando la autoridad de las ideas y el convencimiento frente al autoritarismo. Yo he tomado partido y he optado por la visión progresista". Y defendió el camino emprendido junto a Chacón pese "a las críticas porque hacemos demasiada autocrítica. Hemos hecho las cosas mal y esa es la base del diagnóstico. Y sin un buen diagnóstico no hay curación". Las intervenciones las abrió el diputado y ex secretario de organización del PSOE, Ciprià Ciscar, -cuyo protagonismo molestó a algunos militantes- quien abogó por "abrir una nueva etapa con el Congreso de Sevilla, que no debe ser de continuidad", sino estar a la altura del de Suresnes o el que eligió a Zapatero.

Ante tantas declaración de intenciones de apertura los organizadores no tuvieron más remedio que democratizar el micrófono para que cualquier militante presente en el acto, mostrara su opinión, como si de una asamblea del 15-M se tratara. Y allí se dijo -para disgusto de algunos que lamentaban que "hablaran los frikis"- que "el partido socialista ya no es socialista porque lo que hace, también lo hace la derecha, y algunos militantes se han muerto de asco", aseguró un veterano seguidor; que el PSOE "debe recuperar la credibilidad y no aplicar las políticas de la extrema derecha de Merkel y Sarkozy" o, incluso, que el PSOE "abandone la Monarquía y apueste por la III República. Una petición acompañada de aplausos y vivas, que Chacón no secundó. La ex ministra sólo respondió a una pregunta concreta. "¿Quién va a pagar la crisis y de qué lado nos vamos a poner?". "Nuestro error -dijo Chacón, - ha sido aplicar una política progresista sin una economía progresista. Por eso hay que hacer un buen congreso, ganar en Andalucía y después en España".