El magistrado Juan Climent amenazó ayer al exjefe del Consell Francisco Camps con expulsarlo del juicio si no se calla y deja de gesticular durante las declaraciones de los testigos. Climent reclamó a Camps que guardara las formas después de que el expresidente se echara las manos a la cabeza de forma ostensible por la decisión del magistrado de no admitir algunas preguntas de su abogado porque no estaban relacionadas con el proceso. El juicio contra Camps y el exnúmero dos del PPCV Ricardo Costa -que se enfrentan al pago de sendas multas por aceptar regalos de la trama Gürtel- arrancó ayer con la última parte del interrogatorio al sastre del exjefe del Consell y continuó con las declaraciones de una decena de altos cargos de Turismo.

El juez estuvo a punto de echar de la sala a Camps en dos ocasiones durante la declaración de los cargos de confianza adscritos a Turismo y a Presidencia. El juez no permitió al abogado de Camps, Javier Boix, preguntar a los altos cargos si recibieron instrucciones del exjefe del Consell para favorecer a Orange Market. El magistrado recordó que no se acusa a Camps y Costa de recibir los regalos como contraprestación a las adjudicaciones. Tampoco permitió que los testigos aclararan si Camps podía ejercer presiones en las contrataciones. En ese momento, el expresidente del Consell comenzó a hacer gestos ostensibles como si fuera un jugador de fútbol al que le han señalado una falta injusta. "Señor Camps, guarde silencio por favor", advirtió Climent. El exjefe del Consell continuó con muestras de indignación. El magistrado repitió: "Guarde silencio o lo tendré que echar de la sala. Si quiere hablar con su abogado hágalo en silencio y que no se le escuche nada". El acusado se levantó y realizó unas indicaciones al oído a su letrado.

Una hora después se volvió a reproducir la situación. El presidente del jurado advirtió por segunda vez al exjefe del Consell: "Le ruego que no haga gestos y que no hable, y mucho menos delante del testigo y delante del jurado".

Camps ya se había mostrado expresivo durante el final del interrogatorio a José Tomás. El sastre comenzó a declarar a la defensiva con monosílabos y logró en algunos momentos irritar a Javier Boix. A las preguntas de Boix, se limitó a escuetos "sí, sí, sí" o "no, no, no". El abogado de Camps intentó que el testigo incurriera en contradicciones para restar valor a su testimonio. El sastre insistió en que aunque se lo preguntara "veinte veces" mantenía que antes de primavera de 2006 Camps se llevó cuatro trajes y otras tres americanas de Milano, y reiteró que no se pagaba las prendas. Javier Boix trató después de evidenciar que el sastre tiene un interés personal en la causa. "Me importa poco el resto del proceso salvo mi declaración", contestó.

El abogado pidió al sastre que detallara otra vez cómo fueron las conversaciones con el expresidente antes de su comparecencia ante la policía. José Tomás reiteró que Camps le pidió ayuda. "Me comentó que su mujer estaba llorando y me preguntó si alguien podía tener una factura suya. Le recordé que los trajes de Milano se habían devuelto. Después me dijo: "échame una mano en esto que cuando se resuelva yo aquí en Valencia te puedo ayudar"", repitió.

El testigo insistió en que tenía órdenes de Álvaro Pérez y Crespo de no cobrar prendas a los acusados.