La finalización de la autovía por Alcoy está acelerando el trasvase de buena parte del tráfico entre Alicante y Valencia desde la AP-7 hacia esta ruta. Según los últimos datos que ha hecho públicos el Ministerio de Fomento, la autopista de la costa registró durante noviembre el paso de una media de 14.118 vehículos diarios, un 14% menos que el mismo mes del año anterior, cuando fueron 16.644, lo que supone 2.526 menos.

La AP-7 viene perdiendo tráfico de forma paulatina desde hace algún tiempo, y, por ejemplo, sólo los meses de junio y julio de este año registraron una mayor intensidad que los mismos periodos de 2010. Sin embargo, el descenso sufrido en noviembre es el más elevado hasta la fecha, y coincide con el primer mes en que ha estado en servicio el recorrido completo por Alcoy.

El trazado de la A-7, la autovía central entre Alicante y Valencia por el interior, quedó completado el pasado 28 de octubre con la apertura al tráfico de los últimos cinco kilómetros, correspondientes al tramo del Barranc de la Batalla. La complejidad de las obras a realizar, que incluyen dos túneles dobles de 900 y 600 metros, ha pospuesto y encarecido notablemente la finalización de los trabajos, que se han demorado un año sobre lo previsto. En cualquier caso, ya es posible circular entre las dos capitales de forma íntegra por autovía, empleando un recorrido que acorta la distancia en 20 kilómetros en relación al de la costa -y también al que discurre por La Font de la Figuera- y permitiendo que el trayecto pueda realizarse en menos tiempo.

La progresiva apertura de tramos de la autovía central había hecho que la AP-7 fuera perdiendo tráfico en los últimos años, algo que hasta entonces no se había producido a pesar de que el itinerario alternativo por La Font de la Figuera se llevaba gran parte del flujo de vehículos en la relación Alicante-Valencia. La menor distancia y el hecho de ser una autovía de planta y trazado nuevo, sin los inconvenientes del recorrido por la A-31, fue decisivo para ello. Además, con la llegada de la crisis económica, el peaje se convirtió en un elemento muy disuasorio. Para un turismo, el precio del recorrido completo de pago, entre El Campello y la localidad valenciana de Silla, es de 14,35 euros.

Efectos de la crisis

La tendencia a controlar al máximo el gasto y la bajada en el tráfico de la AP-7 van de forma paralela. En 2007, la autopista tuvo un tráfico medio de 29.411 vehículos diarios, mientras que en 2010 fueron 21.445. La media provisional de este año, a la espera de que se cierren los datos del mes de diciembre y, con ellos, los de todo el ejercicio, se sitúa en 20.870. De esta forma, en sólo cuatro años la autopista ha perdido en torno a un 30% del tráfico. La crisis ha tenido mucho que ver en el descenso generalizado de la circulación en las carreteras, al disminuir en gran medida el transporte de mercancías; sin embargo, hay que tener en cuenta que el tráfico de vehículos pesados es relativamente escaso por la AP-7, precisamente debido a que muchos prefieren eludir el peaje. En 2007, la media de camiones al día era de 2.433; este año son 1.278.

En contraste con esto, el itinerario por Alcoy ha ido ganando tráfico a medida que se ponían en servicio nuevos tramos de autovía. En 2008, cuando aún faltaban por concluir los 30 kilómetros que separan el inicio del Barranc de la Batalla de la localidad valenciana de Albaida, la N-340 registraba el paso de 14.999 vehículos diarios a la altura del propio barranco. Al término de 2010, y sólo ya con la variante de Alcoy y el tramo del puerto de Albaida convertidos en autovía, por el Barranc de la Batalla pasaban 16.619 vehículos diarios. De esta forma, la eliminación del principal cuello de botella en esta ruta, la travesía de Alcoy, supuso un incremento del 11% en el tráfico, que previsiblemente habrá crecido aún más en el último año.

Por el momento, la única referencia existente es la estimación lanzada por la anterior delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella, en la visita que varias autoridades realizaron a la zona del Barranc de la Batalla el 15 de noviembre. La entonces responsable del Ejecutivo central afirmó que el tramo registraba el paso diario de 27.000 vehículos, prácticamente el doble de lo que soportaba hasta entonces. A falta de cifras oficiales que corroboren la aseveración, los usuarios de la A-7 apuntan que sí se observa una mayor intensidad viaria desde que se abrió el último tramo pendiente de la autovía. La entonces delegada del Gobierno añadió que se preveía alcanzar a medio plazo una intensidad de 35.000 vehículos diarios.

Menor distancia y mejor autovía pero por un terreno más complicado

La distancia entre Alicante y Valencia por Alcoy es de 162 kilómetros, frente a los más de 180 del itinerario por la costa y la ruta a través de Villena y La Font de la Figuera. La autovía tiene además unas prestaciones mejores que otras que se construyeron en las décadas de 1980 y 1990, como la A-31 en dirección a Madrid. Sin embargo, la orografía constituye el principal punto en contra de este recorrido. En los apenas 100 kilómetros que hay entre Alicante y Xàtiva se salvan cuatro puntos dificultosos (el Maigmó, el Barranc de la Batalla, el puerto de Albaida y el puerto de L'Olleria), donde el trazado y las pendientes deben adaptarse a las exigencias del terreno. En este sentido, algunas curvas del puerto de Albaida son especialmente cerradas. Asimismo, esta ruta es más sensible a episodios meteorológicos como las nevadas, nada extrañas en toda el área comprendida entre la Foia de Castalla y la Vall d'Albaida, y que puede ocasionar problemas para circular.