Las acusaciones sostienen que las prendas pendientes de cobro de los imputados fueron pagadas de golpe por la trama ocho meses después de las compras. La cajera de Milano que declaró como testigo explicó (mientras examinaba en la sala documentación) que todas las deudas que aparecían referenciadas con los nombres de Camps y Costa y que después estaban bajo el epígrafe Comunidad Valenciana "fueron liquidadas con un mismo talón el 15 de septiembre de 2006". La testigo no sabía quién hizo el desembolso.

Elena Rodríguez comprobó en un dietario de la tienda que aparecía un pago con la tarjeta de Álvaro Pérez.

Durante la declaración de una empleada de la tienda, la fiscal exhibió varias veces el inventario de principios de 2006 en el que figuraban operaciones pendientes de cobro a nombre de Betoret (3.250 euros, Álvaro (2.400, 2.250 y 980), Camps (3.300 y 1.400), Campos (4.850), Costa (2.400) y Pedro García (3.550) por compras realizadas en su mayoría en enero de 2.006. La cajera precisó que los trajes debían ser a medida por los importes. Rodríguez indicó al tribunal que las operaciones aparecían en el inventario porque estaban pendientes de pago.

El abogado de Camps preguntó sin al anular una prenda esta seguía en el inventario. Rodríguez señaló que en el caso de devolución se saldaría el pago a cuenta. La cajera incidió en que desconocía cómo se hacían llegar a los clientes las prendas que compraban y negó haber recibido trajes devueltos en nombre de Camps.

Rumores

La testigo explicó que "se rumoreó" en la tienda que había hecho facturas con conceptos que no se correspondían con productos que vendían en Milano. "Yo escuché que en algunas facturas en vez de trajes ponían mantelería o cristalería", aclaró. El correo electrónico lo hizo el sucesor de José Tomás como responsable de la tienda y lo remitió a la central. El mensaje especificaba que había dos empleadas que aseguraban que se hacían facturas con conceptos diferentes. Una de ellas era la cajera que ayer testificó durante tres horas. Rodríguez estaba deseando volver a Madrid porque llevaba 4 días en Valencia esperando su turno. La testigo rechazó parar durante su declaración para acabar antes y coger el AVE.