José Luis Peñas Domingo, el testigo que activó la investigación contra la trama Gürtel, explicó ayer al tribunal que su entonces amigo Francisco Correa -líder de la red- le dijo que le pagaba los trajes a Francisco Camps y Ricardo Costa. El testigo entregó a la policía 17 horas de conversaciones de los principales cabecillas de la red que grabó con micrófonos ocultos. Una de las grabaciones era la que apuntaba que la trama pagó trajes por valor de treinta mil euros al entonces presidente de la Generalitat. Peñas, que está imputado en Madrid por la rama principal de la causa, aseguró que Correa encontró "cobijo en Valencia" tras la derrota del PP a nivel nacional en el año 2004.

José Luis Peñas era concejal de Hacienda del PP en Majadahonda y coincidió en el ayuntamiento madrileño con la mujer de Francisco Correa. A través de ella, trabó amistad con el cabecilla de la trama. El testigo -tras distanciarse de Correa- presentó el 6 de noviembre de 2007 la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción y aportó las grabaciones, que obtuvo durante dos años.

Entre las grabaciones estaba una de 15 de octubre de 2007 en la que Isabel Jordán indicó que había pagado una factura de 30.000 euros de trajes de Camps. Jordán se desdijo de la acusación en el juicio. Peñas declaró que durante dos horas Isabel Jordán le fue desgranando de "manera tranquila" cuál era la situación en el grupo de empresas y qué ocurría en Valencia.

José Luis Peñas indicó al tribunal que Francisco Correa era el cabecilla de un conglomerado de empresas "muy complejas. Pablo Crespo era el director ejecutivo de la red. Los coordinaba todo. En Madrid estaba al frente Isabel Jordán y en Valencia situaron a Álvaro Pérez".

El testigo detalló cómo actuaba la trama. "El enganche que tenían para entrar en las administraciones públicas eran los eventos. Eso les permitía contactar con los responsables públicos", aseguró.

El exconcejal de Majadahonda incidió en la supuesta financiación irregular del PP. "Yo he asistido a conversaciones en que si había un acto para el PP y el partido no podía pagar se le pasaba el cargo a una consejería de Madrid. También ocurría en cualquier otra comunidad. La posibilidad que tenían de contratación era inmensa. Trabajaban con una gestoría que cuadraba beneficios mediante facturas atípicas a las que cambiaban el concepto", advirtió de forma didáctica el testigo al tribunal que juzga a Francisco Camps y a Ricardo Costa.

José Luis Peñas incidió en que Correa consiguió un gran poder por sus relaciones con la anterior cúpula del PP. "En el año 2000 todos sabían que Correa era la persona en el puesto séptimo u octavo con más poder en el Partido Popular. Para él era normal tratar a presidentes de España, de repúblicas extranjeras y de las mejores multinacionales", precisó.

El testigo detalló que la trama trabajaba habitualmente con dinero en negro. "En las oficinas de la calle Serrano había una caja B donde Correa ingresaba cantidades en negro que permitía hacer pagos. Correa siempre pagaba en efectivo. Nunca ha llevado tarjeta de crédito", indicó.

Según explicó, le pidió consejo al líder de la trama para hacerse un traje y Francisco Correa le dijo que podía llevarle a un sastre de confianza. "Es con el que hacemos todas las cosas de la Comunitat Valenciana. Para Camps y Costa...".

Buena sintonía

Las acusaciones preguntaron al testigo si el grupo Correa pudo utilizar el nombre de Camps y Costa para perjudicarles porque tenían algún problema. Peñas apuntó: "Ellos solo tenían alabanzas para Valencia. Habían pasado por un momento crítico en Madrid con el Partido Popular. Crespo y Correa se encontraron un cobijo muy importante en Valencia. Decían que podían hacer todo tipo de actos y eventos".

El exconcejal fue apartado del grupo popular en el año 2005 y decidió crear un partido con la colaboración de Francisco Correa. "Fundé un partido político en Majadahonda en 2005 en el que nos ayudó el señor Correa. Pero después me di cuenta que había algo más que generosidad y empecé a grabar". El testigo explicó que pudo hacer más de cien horas de grabaciones. "Hice las grabaciones porque veía algo irregular. Correa y dirigentes del PP hacían cosas que excedían de toda lógica. Cuatro años después estamos aquí ", ironizó.

Durante su declaración, explicó que Correa le habló en "muchas ocasiones" de Costa y Camps, y que Álvaro Pérez El Bigotes se refería al ex secretario general del PPCV "de forma entrañable". Por parte de Pablo Crespo, las referencias a la Comunitat valenciana abarcaban un área más difuminada. Así, indicó que Pérez, sin hablar de trajes, le manifestó que "por unas cosas y por otras", él "podía hacer lo que quería en Valencia, especialmente con la televisión valenciana".

Imputación genérica

A preguntas del abogado de Camps, José Luis Peñas puntualizó al tribunal del jurado que está imputado en la causa general por cohecho, malversación, blanqueo de dinero. El testigo insistió en que es una imputación genérica.

Peñas insistió en que en lugar de grabar a los líderes de la trama corrupta podía haber mirado hacia otro lado. "Podría haberme ido a mi casa. Hubiera sido más fácil" porque se habría evitado "muchas cosas", señaló, pero agregó que adoptó una decisión "con toda la fuerza moral que debía tener". Asimismo, reconoció que no se sentía "muy bien" porque no es "del CNI".

Facturas con conceptos que no se vendían en la tienda

Una asesora jurídica de Cortefiel, entidad propietaria de Milano, indicó en su declaración como testigo que le comentaron que en una tienda de Milano, ubicada en la calle Serrano de Madrid, se hacían facturas con conceptos que no se vendían allí. Esta asesora, Carmen Hinojosa -prima de Eduardo Hinojosa, dueño de Forever Young-, explicó, a preguntas del letrado de Camps, que tras requerirle diferente documentación a su compañía como consecuencia del caso Gürtel, remitieron un correo electrónico a todas las tiendas de Milano para preguntar a los empleados si tenían conocimiento de alguna anomalía en las facturas que se emitían.

Uno de los correos de una empleada de la tienda Milano de la calle Serrano les confirmó -según señaló- que, al parecer, se hacían algunas facturas manuales -, es decir, que no pasaban por el proceso informático- en las que se incluían conceptos de mercancías que no se vendían en el local. "Nos dijeron que se hacían facturas que no se correspondían", señaló. La testigo, que no pudo precisar el año en el que ocurrió este hecho, insistió en todo momento en que "esto fue lo que dicen que pasó", pero ella, según ha comentado, no vio ninguna de estas facturas. "Leí en el correo que debía ocurrir algo con unas facturas que no correspondían con lo que se vendía en la tienda", reiteró. europa pressvalencia