Julie y Maureen se muestran francamente indignadas por la situación que atraviesan. En contacto con compañeros en otras comunidades, aseguran que a ninguno les pasa lo que a ellas, y que tampoco lo han sufrido en otros cursos que han trabajado en Andalucía o en Extremadura. Son fruto de un convenio del Gobierno central con sus países, pero sus sueldos corresponde pagarlos a la comunidad donde trabajen. "No somos una ONG. Sólo queremos saber a quién corresponde apretar el botón de "ingresar el dinero". Y escriben en un papel su lastimosa situación: "We haven't been paid in 2 months".