La Fiscalía ha mostrado hoy tickets de prendas de vestir de la tienda Milano pendientes de pago a nombre de varios altos y ex altos cargos valencianos, entre ellos Francisco Camps y Ricardo Costa, durante el juicio en el que se juzga a ambos por cohecho pasivo.

Durante la declaración de una empleada de la tienda, la fiscal ha exhibido un inventario de finales de enero de 2006 en el que figuran operaciones pendientes de cobro a nombre de Betoret (3.250 euros), Álvaro (2.400, 2.250 y 980), Camps (3.300 y 1.400), Campos (4.850), Costa (2.400) y Pedro García (3.550) por compras realizadas en su mayoría en enero de 2006.

Algunas de estas operaciones figuraron como pendientes en los inventarios de Milano hasta enero de 2007 pero con la referencia "Comunidad Valenciana" en lugar de nombres propios, mientras que otras fueron saldadas "por talón y prácticamente a la misma hora", según la testigo Elena Rodríguez, en septiembre de 2006.

Estas prendas "debían ser a medida por los precios", ha confirmado la empleada, quien ha explicado que los pagos pendientes se inventariaban en agosto y febrero.

La empleada de Milano ha asegurado que la inclusión de estas anotaciones en un inventario se debe a que las prendas retiradas seguían pendientes de pago.

En otro inventario de agosto de 2006, que la testigo ha negado haber realizado por no reconocer su letra, figuran cantidades a nombre "Comunidad Valenciana" por compras efectuadas mayoritariamente en enero de 2006 y cuyos importes coinciden con las pendientes de pago que no se liquidaron en septiembre.

Estas cantidades aparecen de nuevo en un inventario de la tienda de enero de 2007, aunque también con el nombre "Comunidad Valenciana" en lugar de los nombres de altos cargos valencianos.

Esta testigo ha asegurado que nunca ha visto en la tienda a Francisco Camps ni a Ricardo Costa, pero que compañeros suyos le dijeron que el expresident había estado en el local en 2006.

La testigo ha afirmado desconocer si Pablo Crespo pudo encargar a José Tomás que se facturase de forma ficticia a "clientes de la Comunidad Valenciana" y ha negado haber visto nunca facturas con conceptos distintos a prendas de vestir, como mantelerías.

Fue un rumor, según ha dicho, que se realizaran facturas alterando conceptos que escuchó mientras Tomás era director de la tienda.

Esta empleada desconoce cómo se hacían llegar a los clientes las prendas que compraban y ha negado recibido trajes devueltos en nombre de Camps.

Según su testimonio, no podría haberse introducido de forma "manual" la fecha y la hora en tickets elaborados en días distintos a la venta, aunque podría haber sucedido que un ticket pendiente de pago se elaborase dos o tres días después "si había mucho trabajo", pero desconoce cómo se retenían los datos para hacerlo.

Asimismo, Rodríguez ha explicado que es posible que algún cliente rechazase un ticket, y que solo se hacían facturas a un particular si las solicitaba.

El abogado de la acusación popular ha mostrado un ticket del 24 de enero de 2006 en el que figuran prendas de confección a medida por 3.300 euros que posteriormente aparece inventariado como pendiente de pago a nombre de Camps a finales de mes y en el siguiente inventario realizado en verano.

Según la testigo, puso el nombre de Camps en el inventario porque "lo pondría así en el ticket a cuenta".

Igualmente, puso el nombre de Ricardo Costa en el primer inventario porque también estaba asociado al ticket inicial de venta.

El abogado de Camps ha preguntado si al anular una prenda ésta seguía en el inventario, a lo que la testigo ha respondido que en el caso de devolución se "saldaría el pago a cuenta y se haría la devolución", y posteriormente ha explicado que no ha visto ningún ticket de devolución en toda la documentación que se le ha mostrado.

La testigo ha negado y luego ha dicho no recordar haber oído que se hubiesen enviado trajes a Camps que posteriormente fueron devueltos, motivo por el cual su abogado ha aportado una declaración de junio de 2009 realizada por esta testigo en la que asegura que "puede ser que se comentase que devolvió los trajes", afirmación que ha aceptado como suya.

Rodríguez ha indicado que los nombres de los supuestos deudores de prendas deberían haber figurado en los inventarios con la misma nomenclatura, que no era habitual realizar cambios.