La vida de Isabel Jordán dio un vuelco cuando decidió denunciar a sus jefes, Francisco Correa y Pablo Crespo. La extrabajadora del grupo Correa presentó en octubre de 2007 tres denuncias contra los presuntos cabecillas de la trama Gürtel. La primera denuncia fue por la administración irregular de las empresas; la segunda, por amenazas, y la tercera, porque habían hecho desaparecer información sensible de la firma. La policía culminó las pesquisas 16 meses después con la detención de los cabecillas de la red Gürtel y los registros en Valencia y Madrid de las empresas de la trama. Isabel Jordán fue a declarar en febrero de 2009 ante el juez Baltasar Garzón y poco después recibió amenazas de muerte.

Los primeros testigos que tenían que declarar en el juicio eran los dos condenados -Víctor Campos y Rafael Betoret-, pero el juez decidió alterar el orden porque Isabel Jordán llevaba dos días en Valencia con su escolta y era complicado que los dos permanecieran más tiempo.

La testigo explicó a los miembros del jurado que necesitaba protección personal tras denunciar a los presuntos cabecillas de la trama. Jordán reconoció que compraba prendas de vestir en Forever Young para cargos públicos, pero subrayó que eran de Madrid. La exadministradora de Easy Concept indicó que el alcalde de una localidad madrileña le comentó que prefería que en Navidad le regalara trajes. "Me dijo que en las últimas navidades se había juntado con doce jamones y que no quería más cestas. Fui con él a Forever Young y lo dejé con el sastre José Tomás", puntualizó.

La testigo reconoció que en esa ocasión pagó 2.400 euros en trajes con la tarjeta de crédito de Easy Concept, pero reiteró que no sabía si se regalaron prendas de vestir a políticos de la Comunitat Valenciana".