Colas de afines a los imputados y otros que estaban allí por curiosidad, vallas y despliegue policial para evitar aglomeraciones y altercados, horas de espera a la intemperie en la primera jornada de la vista oral para hacerse con un sitio en la sala, aunque fue precisamente el día que se dedicó a elegir al jurado, un trámite que se realizó a puerta cerrada.

De toda esa expectación apenas queda nada. Cada mañana, en los accesos a la sede del Tribunal Superior, vuelve a verse revuelo, pero desde el martes, segunda jornada del juicio y primera de audiencia pública, son los periodistas quienes constituyen el grueso del público que está siguiendo este juicio en directo. En tres días el interés de los ciudadanos ha caído en picado hasta el punto de que a últimas horas del martes, cuando después de cuatro horas seguía declarando el jefe del Consell, tres cuartas partes de la sala de vistas estaba sin ocupar.

Fieles a la cita judicial siguen los familiares directos de los imputados con la mujer de Camps, Isabel Bas, y la novia de Costa, la Bellea del Foc y exedil de Alicante Laura Chorro a la cabeza. Quien también parece haber comprado un abono es el portavoz del Grupo Popular en las Cortes, Rafael Blasco, al que en la primera jornada acompañó su mujer y directora del IVAM, Consuelo Císcar.

Ayer, procedentes de Madrid, donde habían asistido a la constitución del Congreso, se presentaron los exconseller y actuales diputados Mario Flores y Belén Juste, a los que acompañaba la diputada autonómica Trini Miró. Pero del pueblo llano, ni rastro.