Cada curso escolar, cuatro de cada diez alumnos (el 40%) se quedan colgados sin la mínima cualificación obligatoria. Estos índices de fracaso escolar sitúan a la Comunidad, y específicamente a la provincia de Alicante, en el furgón de cola del país, tan sólo superada por Baleares. El conseller de Educación, José Císcar, ha anunciado un Plan de Choque que arrancará a partir de marzo de 2012 para erradicar estos pésimos niveles educativos y ha emplazado a todos los sectores a que propongan medidas tendentes al éxito escolar.

Los responsables de los colegios han hecho sus deberes con un plus: sus sugerencias no van a costar un euro a las paupérrimas arcas del Consell, de ahí que animen a ponerse en marcha "cuanto antes", ya que todo gira en torno a la organización y trabajo de los propios profesores. Lo único que reclaman, como concreta el portavoz del colectivo provincial, Ginés Pérez, es "autonomía". En una palabra, que se les deje trabajar sin trabas y que no se vean con la espada de Damocles de la constreñida normativa actual cada vez que pretendan introducir novedades en las aulas que tienden a mejorar el nivel educativo. "La propia conselleria deberá afinar con el destino de sus fondos, pero lo que los directores hemos consensuado no implica más dinero", precisa Ginés Pérez en nombre también de la Asociación Valenciana de Directores de Infantil y Primaria en la Comunidad.

Intervenciones con padres Proponen una escuela "transformadora de la sociedad", más que "reproductora" de lo que hay. Por eso consideran fundamental la buena sintonía con los padres y la necesidad de intervenir con ellos para que "no abdiquen de su función de educadores" y sostengan el esfuerzo y los valores positivos como fundamentos de la educación continuada de sus hijos. "Ellos son los principales educadores de sus hijos", por lo que proponen fomentar las escuelas de padres y compatibilizar los horarios de escuela y trabajo.

Formar docentes en el centro

Para lograr una mejor capacitación del profesorado en tiempo récord, los directores proponen que la formación se lleve a cabo en los propios centros y con compañeros ya formados de antemano, lo que se denomina "formación de formadores". Así, en lugar de que los docentes hagan cursos periódicamente, sugieren que dos o tres de cada materia se preparen de forma adecuada durante quince días y a lo largo del curso formen al resto del centro.

Flexibilidad del horario

"Más horas de clase no implican mejores resultados", sostienen los directores. Defienden que el colegio que lo acuerde en Consejo Escolar, pueda cambiar el horario actual por una jornada continuada. Apuntan no sólo cuestiones pedagógicas de aprovechamiento del estudio en las primeras horas, sino incluso, de ahorro de energía (un 75% en luz, 40% en agua y 50% en gas). Como horario lectivo contemplan empezar a las 8.30 horas de la mañana, con dos horas seguidas de clase, un recreo de 20 minutos hasta las 11.50, otra clase hasta las 11.40, una cuarta hasta las 12.30, de nuevo recreo de 10 minutos y, la última clase, de 12.40 a 13.30 horas. El comedor hasta las 15.30, incluyendo actividades coordinadas con los padres hasta las 17.00 horas, además de atención extra a alumnos con dificultades.

Los mismos docentes

Cada centro va a firmar con la Conselleria de Educación un contrato-programa que le compromete a mejorar los resultados en el tiempo establecido, de 2 a 5 años. Los directores de los colegios sostienen que si esta medida anunciada por Císcar, no se ejecuta con los mismos profesores durante los cursos en que se prolongue el contrato-programa, "los resultados no podrán ser óptimos", porque el cambio continuo de profesor influye negativamente en el resultado académico de los alumnos, aseveran.

Cambiar de grupo al alumno Se trata de que los profesores dispongan de la potestad de crear grupos flexibles de alumnos según el nivel que demuestren. Lo han probado ya de forma incipiente en algunos centros "y en determinadas asignaturas resulta complicado, pero muy eficiente", aseguran. Es decir, que si un alumno demuestra conocimientos superiores a lo que corresponden en su aula, pueda pasar de curso en determinadas horas y materias, aunque luego siga la enseñanza que le corresponde. Y viceversa. Que el que no llegue pueda trabajar con compañeros en un nivel inferior. "Lo único que necesitamos es que la legislación nos respalde y no ponga impedimentos, porque los alumnos mejoran sus resultados".

No más estudiantes por aula Que la ratio de alumnos por profesor no aumente lo consideran básico los responsables de los centros para mejorar la calidad de la enseñanza, además de que un número superior al recomendado tampoco facilitaría llevar a cabo la medida anterior a la hora de cambiar de aula a los alumnos que lo necesiten.

Atención psicopedagógica

Los profesores orientadores los quieren a tiempo completo en cada colegio, así como a los enseñantes de Educación Especial para los alumnos con dictamen. "Para garantizar la igualdad de oportunidades hay que dar más al que menos tiene", concluyen.