"Soak", "Ham", "Pigot", "Piña" o "Kot" son algunos de los cientos de firmas estampadas en las paredes de ladrillo del antiguo matadero de Alicante, que abandonó su actividad hace tres años por orden de la Conselleria de Sanidad y que desde entonces está cerrado. Para hacer algunas de estas pintadas, de las que no se salva ninguna pared, los grafiteros han tenido, incluso, que descolgarse por la fachada, ya que de otro modo es imposible.

Las caricaturas enmascaran el progresivo abandono de este edificio de propiedad municipal en la partida alicantina de Agua Amarga, que se acentúa en el interior de las antiguas cuadras, algunas de ellas pasto de actos vandálicos. Faltan vigas que se han llevado los chatarreros, hay gran cantidad de tuberías y cables arrancados, por los suelos; los cristales de las ventanas han caído, hay restos de fogatas, y colchones y mantas en algunos habitáculos, prueba de que hay personas que duermen allí.

Los escombros se mezclan con los cartones y papeles, y en la antigua cuadra de cerdos hay, incluso, bidones de productos químicos. En una de las naves principales aparecen decenas de legajos de documentos desperdigados por el suelo de autorizaciones sanitarias sobre las especies bovina, ovina y caprina destinados a consumo humano, certificados sanitarios de traslados de animales, expedientes y hasta el reglamento de uso de la marca de carne Halal.

Algunas naves, como las que se dedicaban a desinfectar vehículos de transporte de carne, son tan oscuras que entrar es peligroso y hay trampillas abiertas en el suelo. En los aseos, sanitarios y lavabos han sido arrancados, lo que da idea del estado de esta instalación, utilizada por la Policía Nacional como escenario para simular operaciones de asalto a inmuebles.

El Ayuntamiento estudia "diversas alternativas para el edificio y la parcela del matadero", dijo la concejala de Conservación de Inmuebles, Oti García-Pertusa, que añadió que, según el uso que se decida, "se podrá reparar, limpiar, modificar o incluso derribar". La edil añadió que es un edificio "aislado, cerrado y vallado parcialmente, fuera de uso y sin peligro. No obstante, se harán nuevas inspecciones".

Aunque han pasado tres años desde que se cerró el matadero, el Ayuntamiento considera que no se ha dejado abandonado pese a las críticas en sentido contrario de la asociación cultural Alicante Vivo. García-Pertusa apuntó que durante un tiempo las actuaciones estuvieron pendientes de la petición que hizo la asociación agraria Asaja para que algunos asociados retomaran la actividad, aunque la solicitud fue archivada por falta de documentación.

El matadero se cerró después de que Sanidad requiriera a la mercantil que lo explotaba a realizar unas obras de adaptación a la normativa sanitaria, a las que renunció por la imposibilidad de asumir su elevado coste.