Ni para tí, ni para mí. La oposición frontal de todos los sindicatos de enseñanza a las intenciones del conseller de Educación, que quiere recortar la nómina de los profesores interinos para no abonarles los meses de julio y agosto en que no dan clase, ha quedado inicialmente paralizada.

Císcar ofreció ayer a los representantes docentes reabrir la negociación del acuerdo de interinos -firmado hace un año- para tratar de "mejorar ciertas disfunciones". Ante este ofrecimiento de diálogo y negociación, -inmediatamente posterior a la denuncia del citado acuerdo por Educación, con lo que el documento dejará de tener validez en cuanto se acuerden los cambios conjuntos- los sindicalistas aceptaron volver a encontrarse para aportar sus propuestas a este tema en la primera o segunda semana del próximo mes de diciembre.

"Para convencernos -subrayó al término de la reunión el delegado de Fete-UGT, Javier González Zurita-, nos han sugerido la vuelta al instante anterior a la firma del citado acuerdo, de forma que los que obtengan una vacante hasta el 31 de octubre o primeros días de noviembre cobrarían el curso completo y, los que la tengan después a lo largo del curso, acabarían el contrato en junio".

Los cálculos aproximados presentados por Educación señalan que, de llegar a este otro acuerdo, quedarían afectados alrededor de medio centenar de interinos y que, si se aplicara la nueva orden sin más negociación, serían 1.441 interinos los que no cobrarían los meses de verano porque se les ha contratado entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre.

De momento, y tras el anuncio de las fuerzas sindicales de convocar reuniones en asambleas docentes para organizar movilizaciones, la orden ha quedado en el aire, aunque fuentes cercanas a Císcar aseguran que "un borrador es un borrador y, como tal, susceptible de mejorar. Ese es el espíritu de este conseller".

Cambiar las adjudicaciones

El Consell quiere introducir otro tipo de adjudicación de vacantes porque el acordado el año pasado no es "asumible" por las vacías arcas de Hacienda. Ahora entrará en juego la capacidad de negociación de Císcar para no echarse encima a los docentes.