Las cámaras instaladas en los accesos al Casco Antiguo para restringir la circulación han impuesto multas por valor de 140.000 euros en el mes y medio que llevan funcionando, lo que supone una media de 3.000 euros diarios de sanciones a conductores que han accedido a las calles del barrio sin autorización. Según esos datos, proporcionados por la Concejalía de Tráfico del Ayuntamiento de Alicante, diariamente se imponen en torno a las 70 sanciones, sin contar las que se retiran tras aceptar las alegaciones presentadas por los afectados. El importe de la multa, siempre que se abone en el periodo de pronto-pago, asciende a 45 euros. De lo contrario, sería de 90 euros.

De esta forma, si antes de la instalación de las cámaras accedían cada día al barrio en torno a 700 vehículos, con esta medida restrictiva la cifra se ha reducido notablemente. Según el concejal Juan Seva, "los vecinos reconocen que apenas hay tráfico de vehículos que no pertenezcan a residentes".

El edil también hizo balance de las actuaciones llevadas a cabo por el dispositivo especial de playas. Al respecto, destacó que durante los meses de julio y agosto, la Policía Local realizó 708 intervenciones. Entre ellas, destacan las llevadas a cabo contra la venta ambulante y los hurtos, así como las labores de auxilio a bañistas y, sobre todo, las 184 denuncias impuestas por hacer botellón en la zona de la Playa de San Juan y Albufereta (108 actas) y el centro de la ciudad (76). Según informó Seva, los agentes han decomisado un total de 430 litros de bebidas alcohólicas a los jóvenes que han sorprendido haciendo botellón, puesto que, según el edil, la edad de los infractores oscila entre los 16 y 24 años. Tal y como recordó, el importe de cada denuncia por beber alcohol en la vía pública asciende a 90 euros.

Según Seva, dentro del operativo contra el botellón se han levantado menos actas que durante el verano pasado. Explica que la disminución obedece "a las medidas disuasorias aplicadas por el Ayuntamiento en la zona del Golf". En concreto, indica que en varias parcelas municipales donde la gente se concentra para beber se han instalado unos bolardos para impedir la entrada de los coches, que los jóvenes utilizan para llevar la bebida y poner música mientras hacen botellón. "Eso ha provocado que también haya menos quejas vecinales", resaltó el jefe de la Policía Local, José María Conesa. Este último, indicó que a partir de ahora el dispositivo contra el botellón se trasladará de nuevo al Casco Antiguo.

En cuanto a los controles de alcoholemia, la Policía Local denunció a 183 conductores este verano, de los que 118 terminaron en el juzgado por su elevada tasa de alcohol.

Por su parte, los voluntarios de Protección Civil han realizado 5.788 intervenciones durante el verano en las playas de la ciudad. Entre ellas, llama la atención que hayan tenido que ayudar a 729 niños perdidos en las playas a encontrar a sus padres. "Los despistes de los padres son la principal causa", asegura el jefe de esta agrupación, Juan Luis Pérez. Además de colaborar con la Policía Local y con la empresa de salvamento, Protección Civil ha estado prestando servicio durante las 24 horas en Tabarca este verano.