La imaginación no tiene límites. Menos aún en época de crisis y con un ambicioso monumento fogueril de primera categoría para 2012. Así lo demostraron los comisionados de la hoguera Passeig de Gómiz, que ayer organizaron la primera edición del "tuppersex", una reunión en la que hombres y mujeres pudieron adquirir productos y juguetes sexuales y disfrutar de unas horas de "buen rollo", según destacó el presidente de la hoguera, Javier Villacampa.

La hoguera se puso ayer la simbólica medalla de pionera en la organización de reuniones de carácter comercial-erótico. "Es una actividad más para recaudar fondos, aunque somos conscientes de que conseguiremos una cantidad insignificante. Lo importante, como parte de la fiesta de las Hogueras que somos, es pasarlo bien y disfrutar juntos", explicó el responsable de la comisión, quien participó activamente en una cita que congregó a una veintena de personas, con amplia mayoría femenina.

Durante más de dos horas, diversos artículos relacionados con el sexo despertaron las carcajadas y la curiosidad de los presentes. La reunión fue de menor a mayor intensidad. "Como debe ser", se escuchó en la sala. Al principio llegó el turno para ambientadores, aceite de masaje, polvos comestibles, perlas afrodisiacas, cremas estimulantes... y así hasta llegar a objetos sexuales más explícitos. No obstante, las risas no se hicieron esperar. El buen ambiente se respiró desde el inicio, dejando a un lado la vergüenza inicial en el racó de la hoguera Passeig de Gómiz.

"Es un hecho rompedor, que hasta ahora no se había celebrado en las Hogueras. Creemos que en época de crisis se debe innovar y organizar actividades diferentes que capten la atención de la gente de dentro y también de fuera de la Fiesta", matizó el presidente de una hoguera ambiciosa, que este curso pasará de plantar su monumento en Quinta a dar el salto a Primera.

"Aquí vamos a por todas", apuntó el presidente. Y así será. Cuanto menos, estimulante.