El ente público Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (Aena) vinculó ayer la mitad de las cancelaciones decidida por Ryanair en El Altet a partir de noviembre a la coyuntural desprogramación de vuelos durante la temporada baja. Aena duda, en este sentido, de que la eliminación a partir de noviembre de 22 de los 57 destinos que Ryanair ofrece en El Altet tenga como consecuencia la pérdida de los 2,5 millones de pasajeros anunciados por la compañía aérea irlandesa. Según datos oficiales de El Altet, y a falta de cerrar la programación del invierno, diez de los veintidós vuelos suprimidos tampoco operaron el invierno pasado debido a las cancelaciones de Ryanair.

Los vuelos que sí operaban todo el año y que se eliminan ahora son, según Aena, los que conectan Alicante con Bournemouth (Inglaterra), París, Maastricht, Oslo y Zaragoza -ayer el Gobierno aragonés confirmó la suspensión de las conexión con Alicante-. Enlaces a los que, sin embargo, hay que añadir los de Brno, Magdemburgo, Kingston, Kaunas y Tampere que Ryanair comenzó a operar en abril.

En total diez vuelos cuya supresión está directamente relacionada con el contencioso que mantiene la aerolínea irlandesa con Aena por la obligación a utilizar las pasarelas telescópica o el autobús para embarcar a los pasajeros.

Aena apuntó, por otro lado, que en la programación invernal de la aerolínea irlandesa sí figura como novedad un enlace con Manchester. Precisamente, Ryanair no ha tocado las conexiones con los aeropuertos que son rentables todo el año es el caso de Londres, Dublín, Edimburgo, Glasgow, Bolonia y, por ejemplo, Milán-Bérgamo.

Matices

Aena trató ayer de rebajar el impacto de la pérdida de sus conexiones en El Altet hasta el punto de que, comparando la programación de la temporada baja 2010-2011 con la próxima 2011-2012, y según datos a día de ayer, un portavoz autorizado del ente público estimó que la reducción de operaciones será del 2%. Porcentaje que choca frontalmente con los datos de Ryanair que asegura que la eliminación de los 22 destinos supondrá la pérdida de 2,5 millones de viajeros. La aerolínea no ha confirmado si los recuperará en abril de 2012, cuando se cambia la programación. De ahí la gravedad de paso adelante dado por la compañía irlandesa que a partir de noviembre deja en tierra 80 aviones y reduce su base en Alicante.

Entre las cancelaciones más significativas figuran el vuelo Alicante-Zaragoza, que no sólo afecta a pasajeros alicantinos, sino también a muchos viajeros de Murcia, Logroño, Zaragoza o, por ejemplo, Pamplona, que toman ese vuelo durante todo el año por motivos laborales. La movilización de los usuarios no ha tenido eco.

La batalla judicial que mantiene Ryanair con Aena por la prohibición de que los pasajeros embarquen y desembarquen a pie en sus aviones, la subida de los precios del carburante y el descenso de la demanda de viajeros durante la temporada baja explican una decisión que ha caído, por otro lado, como un bomba en una parte de la patronal hotelera de la Costa Blanca. Hosbec y la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante mantienen silencio (las conexiones con Gran Bretaña son las menos afectadas). No obstante, hay empresarios que no entienden que "el aeropuerto se tenga que enfrentar con su principal cliente que, además, recibe lo que quiere en otros aeropuertos de Europa. Me parece ridículo", subrayó Javier García, director general de la cadena Magic Costa Blanca.

Todos los años se reducen operaciones en invierno pero este año el impacto será mayor, porque el crecimiento de la programación de Ryanair durante la temporada alta en Alicante fue espectacular en los últimos dos años hasta absorber más del 40% del total de los destinos.