¿Recortes? Pues claro, y nosotros los primeros", señala Víctor Sendra, bombero del Consorcio al plantearle si teme a la tijera tras las elecciones. Y es que, en general, los funcionarios consideran que en tiempos de crisis "siempre salimos perdiendo". Para Sendra la situación está clara: "Hay muchos asesores, muchos tejemanejes, muchos gastos innecesarios y, como hay mucha gente que está en el paro, alguien tiene que pagar todo esto, es decir, los trabajadores de los servicios públicos". Los funcionarios temen que la necesidad de reducir gastos por la crisis conlleve una merma de su poder adquisitivo tras haber sufrido una rebaja del 5% en su sueldo. "Y no sólo eso. Esta misma mañana hemos hablado varios compañeros de que en un ayuntamiento se ha eliminado una paga extraordinaria, y hay temor a que haya más bajadas", incidía en este sentido Olga Morales, administrativa en la Conselleria de Transportes. " Yo llevo muchos años en la Administración y hemos tenido subidas de sueldo de risa y, cuando hemos conseguido cobrar las pagas extra enteras, llegan los recortes por la crisis", señala, para añadir que "el funcionario está ya muy quemado. Hemos visto pasar diferentes partidos y siempre salimos perdiendo. Además, la opinión pública tiene una imagen de nosotros bastante mala y muchos nos consideran privilegiados, y eso hace que la gente esté muy desanimada en general", añade Olga, quien cree que entre los empleados públicos además de la pérdida del poder adquisitivo, también preocupa el recorte de los servicios y las privatizaciones. "Hay temor a que los interinos acaben en la calle y en general se piensa que es algo que va a ocurrir gane quien gane las elecciones" A su juicio, además "se va a resentir la calidad del servicio porque por ejemplo, si somos 16 y nos quedamos 10 ó 12, con el mismo trabajo, se tiene que notar".

"Los funcionarios estamos dispuestos a arrimar el hombro, y hemos asumido los recortes de salario, pero si la clase política no arrima el hombro también, no podremos salir de esta", considera Víctor Sendra, quien añade que "la austeridad tiene que ser para todos y ya es hora de que empiecen a reducir en gastos innecesarios porque si no, los palos nos van a llegar de Europa".

Margarita Boix, auxiliar administrativa en el Ayuntamiento de Alicante confirma que "sí hay inquietud entre los funcionarios por lo que pueda llegar después de las elecciones". "Hay miedo y mucha gente no va a ir a votar porque considera que va a dar igual", señala, para añadir que "nos tememos que las plazas se van a amortizar todas, no habrá promoción interna y además poco a poco se van recortando muchas de las ayudas sociales que teníamos". Margarita cree que en la actual situación de crisis "es evidente que ha de haber recortes y hay mucha gente que está peor que nosotros, pero hay medidas que los políticos sí pueden tomar y que no cuestan dinero". En ese sentido, ella, que tiene una niña adoptada con una discapacidad, disfruta de una hora diaria de reducción de jornada. "Son cosas importantes. Yo pediría a los políticos que tengan en cuenta esas cosas que no cuestan dinero y que favorecen la conciliación y la solidaridad".

Muchos funcionarios no sólo temen que la crisis siga provocando una merma de su salario, sino que, a juicio de muchos de ellos, es inevitable que haya una merma en la calidad de los servicios públicos. Es la opinión, por ejemplo de Emma Oliver Lloret, enfermera que en la actualidad trabaja en el centro de salud de Santa Faz. "Tanto entre los compañeros como, sobre todo entre los pacientes, se nota el miedo a que haya recortes en sanidad", dice, para añadir que a nivel laboral también se espera que, gane quien gane el domingo, habrá recortes. "La productividad, por ejemplo que se cobra una vez al año y que llegó a suponer unos 500 euros mientras que ahora está en 200 y tememos que desaparezca", indicó ayer al referirse a un empeoramiento de la situación. "Además, posiblemente las horas extra vayan desapareciendo para ahorrar. De hecho es algo que ya va ocurriendo. Tememos que no se cubran las bajas por enfermedad o que se reduzca la asistencia a cursos, cosas que ya se van viendo y que nosotros intentamos que no afecten al ciudadano, pero se va poco a poco recortando derechos a los usuarios". Emma se muestra pesimista: "Yo llevo cuarenta años en la profesión y me parece difícil que haya mejoras de ningún tipo ahora. Sería suficiente con quedarnos como estamos, aunque tengo compañeros que sí confían en que después de las elecciones esto mejore, aunque son los menos. Todo el mundo sabe que la crisis es general en el mundo y que viene una época mala".

Igualmente pesimista se muestra Francisco Serrano, policía portuario en Alicante, quien cree que, "aunque en el puerto estamos al límite con un número de gente muy ajustado, no me extrañaría que a nivel de mandos intermedios sí pueden ajustar porque hay demasiados para la gestión que se hace aquí". En cuanto al salario, más de lo mismo: "El recorte de sueldo se suponía que era sólo de 2010 a 2012, pero con la crisis no sabemos cuál será la intención del gobierno que sea elegido el domingo". Francisco, sin embargo, no tiene grandes esperanzas en una mejora a corto o medio plazo. "En toda Europa la idea es ajustar y reducir gastos, y aunque hay gente que tiene ilusión en que esto mejore, yo no espero nada bueno. Los partidos están vendiendo humo y hay muchas mentiras. Yo, a mis 55 años, ya no me creo nada".