Amordazada y boca abajo le faltó el aire y falleció. Eso es lo que revela la autopsia practicada ayer al cuerpo de la mujer que fue encontrada el martes sin vida en su casa del Bulevar del Pla. Según los análisis forenses, la víctima, una mujer corpulenta que además de la mordaza tenía los pies y las manos atados, no presentaba otros signos de violencia, lo que ha llevado a concluir que murió por el modo en que fue inmovilizada y que le impidió respirar.

Los agentes encargados de aclarar qué ocurrió entre las 2 y las 6 de la madrugada del lunes al martes (franja horaria en la que se produjo la muerte) en la vivienda que la fallecida compartía con su hija (una joven que padece una discapacidad, que aseguró no haberse percatado de nada y cuya participación en los hechos está prácticamente descartada), están indagando en el entorno más próximo de la víctima (familia, allegados y vecinos) para dar con pistas que conduzcan a la persona o personas que accedieron al domicilio para apropiarse de dinero u objetos de valor que tuviera la mujer y de los que los asaltantes podrían haber tenido conocimiento previo, la hipótesis con más fuerza en la que trabaja la Policía. La casa se encontró totalmente revuelta.

Las pesquisas apuntan a que los ladrones pudieron usar un cable de telefonía adosado a la fachada para acceder a la casa, situada en un cuarto piso de un bloque de viviendas sociales de cinco plantas. La puerta de acceso no había sido forzada y sólo habría sido utilizada por los delincuentes para abandonar el lugar de los hechos una vez perpetrado el robo.

Además de la chica, que bien pudo no haber escuchado nada por la medicación que toma para dormir, la fallecida tenía otros dos hijos varones. Uno de ellos fue el que, alarmado por no localizar ni a su madre ni a su hermana, se acercó el martes por la mañana al domicilio y se encontró con su hermana dormida y su madre, muerta boca abajo en su propia cama. El hombre fue quien alertó de lo sucedido reclamando una ambulancia que nada pudo hacer por la víctima.

El otro hijo, según los vecinos, se presentó poco después pero ya cuando los agentes se encontraban en la vivienda, por lo que los investigadores no le dejaron acceder.

Una buena persona a la que le gustaba salir por el barrio

Vecinos de la mujer fallecida la definieron ayer como una buena persona y muy sociable. La víctima vivía con su hija en la casa y, aunque a ésta última no le gustaba salir, ella solía socializar con la gente del barrio y con otros vecinos. Según las mismas fuentes, la mujer tenía otros dos hijos más. Uno de ellos solía visitarla a diario para ver cómo estaba y traerles ropa. El segundo frecuentaba la vivienda menos, pero últimamente había sido visto con mayor asiduidad a raíz de que se hubiera separado. En el inmueble donde se cometió el crimen muchos de los vecinos son personas mayores, por lo que ayer reinaba la inquietud. J. A. M.