¿Cómo se toma ser el primer presidente extranjero -según la Federación de Hogueras- de una comisión?

Presidir una hoguera es en sí mismo un orgullo para cualquier foguerer pero ser el primero del continente americano es un valor añadido, algo tremendo, y una responsabilidad muy grande. Algunos me pueden estar mirando con lupa a ver qué hace el que viene de fuera, pero mi intención es trabajar por y para la Fiesta junto a un grupo de personas que me va guiando.

¿Qué visión tienen en México de las Hogueras?

En mi país no se conocen las Hogueras, tampoco las Fallas. Creo que les hace falta mucha más difusión a nivel internacional. Es una fiesta demasiado grande y bonita para que esté en un segundo plano, es una burrada tremenda que se les dé de lado y un poco ilógico que en México la fiesta de la Comunidad más conocida sea la tomatina. Nunca vi en la tele ninguna imagen de una hoguera. Cuando mi pareja -la conoció por internet- me mandó fotos y vídeos de la Fiesta para mí fue un asombro tremendo por la espectacularidad de los monumentos.

¿Cuáles fueron sus primeras Hogueras?

Las de 2005 y nada más llegar, gracias a unos amigos de la hoguera de La Marina, hice mi primer ninot de carrer, me vestí de zaragüell y desfilé con ellos. Ahí me picó el gusanillo y empezó mi amor por la Fiesta.

¿Qué le sorprendió?

Me chocó la manera de volcarse la gente, la fiesta por toda la ciudad. Algunos alicantinos no valoran lo que tienen, una ciudad preciosa y unas fiestas espectaculares, es maravilloso ir caminando, cruzar una esquina y ver una hoguera. "¡Guauu!", me digo, porque es verdaderamente bonito. También me sorprendió que se trabaje con tanto amor y tesón para plantar. Es una satisfacción tremenda ver todo ese esfuerzo reflejado en la calle, ahí da igual que el monumento sea especial o de sexta.

¿Ve alguna similitud con las fiestas de su ciudad?

En Mazatlán las charangas de Carnaval van en carrozas de 13 metros de altura recorriendo el paseo costero y parecen hogueras móviles. Cuando la comunidad mexicana desfila en el Folclórico, me da añoranza. Trato de ir a México pero estar alejado te da pena, y verlos me recuerda a mi tierra, a mi gente y mis costumbres. Sería un puntazo hacer la Ofrenda con mariachis -bromea-. No trato de descubrir América, solo intento estar a la altura de cualquier foguerer.

¿Cómo le recibió la Fiesta?

Con los brazos abiertos porque a todos nos interesa la multiculturalidad y que más gente pueda vivir a lo grande las Hogueras. La inmigración es un vivero de socios que explotar para la Fiesta ahora que ha perdido participantes, ya que se podría reforzar con este gran colectivo que hay en Alicante. Porque las Hogueras son un elemento integrador pero podrían serlo un poco más.

¿Qué objetivos tiene?

Me encantaría trabajar en esa idea, en integrar más a la comunidad de extranjeros, aunque sea complicado. En nuestra hoguera hay socios venezolanos, irlandeses, cubanos y belgas. También queremos subir la hoguera infantil a primera -la hará Ángel Moreno-, y plantaremos la adulta, obra de Latorre y Sanz, en segunda.

Económicamente, ¿cómo van las cosas?

Manejamos un presupuesto de 70.000 euros. La crisis nos afecta a todos, se nota en los monumentos, aunque nos esforzamos por mantener el nivel. Para ahorrar reutilizamos trajes y decorados, y ofrecemos descuentos en la cuota a la tercera persona de la misma familia. Es una manera de ayudar.