El Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante (CTAA) ha pedido que se conserve todo el conjunto de instalaciones históricas de la estación de ferrocarril de la ciudad, y que ninguno de sus elementos desaparezca con las obras para la llegada del tren de alta velocidad. La entidad profesional señala que el complejo ferroviario de Alicante-Término constituye "uno de los mejores acontecimientos arquitectónicos en la evolución histórica" de la ciudad, al ser "símbolo de la llegada a Alicante de la primera línea de ferrocarril que unía el Mediterráneo con la capital de España". Al mismo tiempo, hace hincapié en la antigüedad de estos edificios.

Los arquitectos se posicionan de esta forma totalmente en contra del derribo de los tinglados de carga, dos edificios auxiliares de la estación que datan de 1858, al igual que la propia terminal. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha planteado su derribo, dentro de la remodelación prevista con motivo de la llegada de la alta velocidad, algo que han rechazado tanto el Ayuntamiento como algunas entidades ciudadanas. El CTAA aplaude ese compromiso por parte del equipo de gobierno y se muestra totalmente a favor de que se respete "el complejo ferroviario histórico de la Estación Alicante-Término, incluidos sus tinglados laterales y los enormes ficus del entorno". Entre otros motivos, apunta a "su dimensión histórica y la gran relevancia que su rehabilitación tiene para la ciudad y su provincia".

El Colegio recuerda que la llegada del ferrocarril a Alicante supuso el inicio del "decisivo impulso al desarrollo turístico y económico de la provincia", y que a eso se suma "la singularidad de haberse convertido en la estación de ferrocarril conservada más antigua de España". En este sentido, se recuerda que todavía se mantiene "bastante inalterada" la edificación original de 1858, "bajo el recubrimiento de aplacado pétreo" colocado a lo largo del siglo XX.

La entidad se felicita de "la creciente sensibilización social por la preservación y puesta en valor" del patrimonio arquitectínico, al tiempo que insta a encontrar una solución al conflicto planteado. Para el CTAA, debe ser un "compromismo firme" el "compatibilizar la llegada de nuevas infraestructuras" con los elementos históricos.

Alusión a las estaciones históricas reconvertidas para otras utilidades

Los arquitectos recuerdan que las estaciones de ferrocarril históricas son las "primeras manifestaciones de la revolución industrial y símbolo en la memoria colectiva de los transcendentales avances técnicos en construcción y medios de locomoción del siglo XIX". Estas terminales, añaden, aunque "obsoletas en muchas ocasiones", por su habitual ubicación central en los núcleos urbanos "pueden permitir su fácil reconversión en grandes espacios públicos". Al respecto, el CTAA incide en que la tipología constructiva de estos edificios ofrece "múltiples posibilidades funcionales para la ciudad como espacios comerciales, lúdicos o zonas ajardinadas salvaguardadas de la intemperie", entre otras.

Con ello, estos inmuebles "pueden recuperar su protagonismo y relevancia urbana de antaño para la vida colectiva, reconvirtiéndose en nuevas ágoras y plazas públicas del siglo XXI", citando el caso del jardín cubierto de la estación madrileña de Atocha. No obstante, en el caso de Alicante, los profesionales dejan claro que la estación mantiene su funcionalidad original como terminal ferroviaria, al insistir en que constituye "la primera y última imagen que llevan consigo los visitantes de nuestra tierra, y al tiempo pudiéndose convertir en un entorno urbano de gran calidad para el uso y disfrute ciudadano". Por ello, los arquitectos se ponen "a disposición de la sociedad alicantina" para "tratar de conseguir el mejor entorno construido en el corazón de Alicante para el disfrute de todos", ya que "el lugar y la ocasión sin duda lo merecen".