En un sólo año, a consecuencia de la crisis, Cáritas ha atendido en la provincia a 17.000 personas más que se han sumido en la indigencia. Las cifras, presentadas ayer por la Diócesis de Orihuela-Alicante, disparan en un 37% más el número de necesitados, que ya suman 63.210 personas.

Para esta labor social que se ha hecho tan imprescindible, la organización cuenta con algo más de un millar de voluntarios repartidos por los 147 puntos de asistencia en parroquias.

El dinero que se ha destinado para los necesitados de la provincia ronda los cuatro millones de euros. La mitad de estos fondos han servido para comprar alimentos y para pagar la luz o atender a personas sin hogar. Otro 30% del presupuesto se ha dirigido a colectivos más específicos como la mujer, los mayores o contra el sida.

Dinero de la Iglesia

Los datos económicos de la Diócesis revelan que el 60% de los recursos de Cáritas proceden de la comunidad eclesial en el conjunto de la provincia y, el resto, de subvenciones, fundamentalmente públicas, por lo que desde el obispado mantienen que, pese a la crisis, "los alicantinos no abandonan su solidaridad y colaboración con los más desfavorecidos".

Con motivo de la celebración, mañana, del Día de la Iglesia Diocesana, el Obispado ha querido "ofrecer sus cuentas de forma clara y transparente". El año pasado obtuvo unos ingresos de 8,6 millones de euros y los gastos ascendieron a 9 millones. Sus principales gastos los destina para personal, otro millón para las parroquias, seminarios de formación y templos de nueva construcción, medio millón a la Casa Sacerdotal y residencia de sacerdotes jubilados, y medio millón más para actividades pastorales y para la comunidad diocesana. El 80% de los ingresos proceden de la Asignación Tributaria.