No hacerlo mal, que no se le pase algo importante. A María del Carmen le obsesiona la educación de sus hijos y, como cualquier madre, tiene dudas.

¿Qué le enseñan en un curso para padres que usted no sepa ya con la experiencia?

Que los chicos cambian conforme van creciendo tanto física como psicológicamente y que hay que estar igual de atentos a su alimentación como a la imagen personal. De repente me dijo mi hija: "mamá me quiero morir", y no sabes si darle o no importancia, no tienes un libro de instrucciones. A medida que van cambiando hay que ir actuando.

¿Qué ha aprendido?

Que hay que intentar que tengan su propia personalidad, aunque es muy fácil decirlo. Por ejemplo, todos buscan ropa de marca pero hay que convencerles de que por menos dinero visten bien.

¿Su máxima preocupación?

Las redes sociales. Con quién habla, las fotos que sube. El ordenador, desde luego, en el salón y, hoy por hoy, me deja que lo vea, pero hay que intentar sacar lo bueno porque son grandes enciclopedias también. Hay que estar también muy pendientes de sus amistades sin que se den cuenta, y de que se valoren a sí mismos como personas.

¿Se lo ponen difícil?

Muchas veces te preguntan cosas que ya saben para ponerte a prueba, como la cuestión sobre cómo se masturban los chicos. Yo no digo mentiras, lo tengo clarísimo. Y tengo que confiar en ellos.