­Antes Francisco Camps y ahora Alberto Fabra han centrado gran parte de sus críticas a Zapatero en que, durante los últimos ocho años de gobierno socialista en Madrid, el Estado marginaba a la Comunidad en el reparto de la financiación autonómica. ¿Por qué? Sencillo. Llegaba menos dinero del que correspondía a la Generalitat por el nivel de población. No parece, sin embargo, que Fabra, como Camps antes, esté dispuesto a aplicar la misma vara de medir en su gestión al frente del Consell. Y así lo ha demostrado Alberto Fabra en su primer presupuesto al mando de la Generalitat. La provincia de Alicante supone alrededor de un 36% de la población de la Comunidad pero, sin embargo, apenas percibirá el 29,3% –una décima más– de las inversiones territorializadas –aquellas que ya tienen un destino definido y finalista– lo que supone partidas por importe de 72,8 millones, 37 menos que en las cuentas del ejercicio que está ahora a punto de terminar.

La llegada de Fabra a la Generalitat, sin embargo, sí supondrá un incremento de las inversiones para la provincia de Castellón con 49,9 millones, cantidad que representa un 20,1% de los fondos territorializados, ocho décimas más que en el presupuesto anterior. Un porcentaje doble a su volumen de población. Como se recordará, el presidente del PP de Castellón, Carlos Fabra, es muy crítico con el trato que recibe su provincia en los presupuestos. A Valencia le caerán proyectos por importe de 125,8 millones de euros, un 50,6% del total de la partida, un punto menos que en las cuentas que están a punto de expirar. Quedan pendientes de territorializar un total de 292,4 millones, cantidad que el Consell puede comprometer donde considere oportuno.