Leire Pajín ya se encuentra inmersa de lleno en la precampaña. Durante los próximos días recorrerá la provincia de norte a sur y de este a oeste para trasladar a la ciudadanía "la importancia" de que el PSOE continúe gobernando España desde el 21 de noviembre.

La ministra de Sanidad está más que convencida de que la victoria en las urnas es factible, esquiva la palabra fracaso y confía en recuperar la confianza de miles de votantes de izquierdas que el pasado 22 de mayo dieron la espalda a su partido.

¿Ve capacitado al PSOE para ganar las elecciones?

Absolutamente. Tenemos un gran candidato, con experiencia y capacidad. Además tenemos un gran proyecto y sabemos sacar a España de la crisis.

¿Cómo piensan lograrlo?

Primero, cambiando el modelo productivo. Hemos empezado ya a hacerlo, pero esto es algo que dará frutos a medio plazo, no de la noche a la mañana. Tenemos que pasar de una economía basada en el ladrillo a otra basada en el conocimiento.

¿Qué me dice de los vaticinos de las encuestas?

Yo, que soy socióloga, no estaría nunca en contra de las encuestas. Son un gran instrumento para trabajar. Es verdad que, para el PSOE, el inicio de esta precampaña es aparentemente más difícil que el de hace cuatro años. Pero yo quiero recordar mis primeras elecciones como candidata en esta provincia, hace ocho años, donde todas las encuestas decían que perdíamos las elecciones, y las ganamos. Más allá de eso, nos deben servir para conocer la opinión de la gente, trabajar y responderles. Hay una cosa de las encuestas que es la que me interesa a mí: ese número muy elevado de personas que sintiéndose muy cerca del PSOE y siendo votantes potenciales, no han decidido todavía si van a ir a votar. Ahí nos tenemos que dirigir.

¿Qué sería un éxito y qué un fracaso el 20-N?

En unas elecciones generales, un partido de gobierno debe aspirar a ganar las elecciones. Nuestro objetivo tiene que ser en todo momento aspirar a gobernar. No se trata de ganar o perder, sino de gobernar un país porque tienes propuestas para ayudar a la gente y mejorar su situación.

¿Pero sería un fracaso que el PSOE no gobernara?

No es un problema de éxitos o fracasos, sino de aspiraciones. Nuestro objetivo es ganar.

¿Qué balance hace de esta última legislatura?

Lo resumiría en dos palabras. Compromisos cumplidos. Especialmente en la provincia de Alicante. Ahí están todas las infraestructuras, todas las políticas que dijimos que íbamos a priorizar y nuestro apoyo a los sectores productivos y económicos.

La gran rémora ha sido el paro.

Es el problema más grande que tienen en estos momentos España y Europa. Es la consecuencia más grave de la crisis y es nuestra principal preocupación. También hay que entender que la responsabilidad del empleo es de todos. Las competencias están transferidas a las comunidades autónomas y la nuestra (la Valenciana) tiene más paro que otras.

Pero el Gobierno también tendrá parte de culpa.

No soy una persona que me guste hablar de culpas en política. Te tienes que responsabilizar de todo, y el Gobierno es el primero que lo hace.

Aunque doy por hecho que no lo valora, ¿qué pasaría si el PP gobierna a partir del 21 de noviembre? ¿Cree que metería la motosierra?

El PP está gobernando ya en 15 de 17 comunidades autónomas y está aplicando su programa electoral. Ha empezado por recortar en la sanidad, la educación y la política social. No es una cuestión de opinión, sino de datos objetivos y realidad. Mientras el Gobierno, en época de crisis, ha priorizado la sanidad, la educación y la política social, el PP, donde gobierna, ha recortado precisamente en el Estado de Bienestar.

¿Qué le parece el movimiento 15-M?

Una gran vacuna contra la resignación. Que los ciudadanos se comprometan y pidan mejores políticas siempre es bueno. Hay que escucharles y el PSOE lo ha hecho.

Hábleme de la CAM. ¿Alguna vez pudo pensar que se encontraría en esta situación?

Nunca. Creo que es uno de los capítulos más tristes de nuestra historia. En esta Comunidad estamos demasiado acostumbrados a que sus gobernantes miren hacia otro lado. Pero aquí hay que llegar en la investigación hasta el final y depurar todas las responsabilidades.

¿También penales?

Si se comprueban delitos, por supuesto que sí. Lo que no se puede consentir es que mientras las empresas lo están pasando mal y no tienen crédito, el dinero se lo lleven presuntamente los que dirigen la caja. Tampoco se puede tolerar que el modelo de gestionar de los gobernantes haya llevado a la ruina a la institución. Nadie, ni los que tenían que controlar dentro, ni la Generalitat, han sabido dar la voz de alarma.

El Banco de España tampoco.

Cada uno debe asumir su responsabilidad, pero no eludamos la nuestra. La de quienes nombran a los responsables que dirigen la CAM, ni la de quienes tienen que velar en las comunidades por su control.

¿Qué le parecen las indeminzaciones millonarias que se han llevado algunos directivos?

Lamentables. Además, con una mala gestión detrás.

En clave autonómica, ¿sabría explicarme qué le pasa al PSPV?

Es evidente que los ciudadanos nos castigaron el 22 de mayo. Confluyeron muchos factores, uno de ellos la situación económica del país. Ahora bien, hemos aprendido la lección. Ahora es momento de que se levante ese castigo. Nuestro objetivo ahora es merecernos que esa gente vuelva a confiar en el PSOE.

¿Le preocupa la desmovilización de las bases?

A pesar de que estamos viviendo un momento muy difícil, mi percepción durante la precampaña es que estoy encontrando a los militantes con buen ánimo.

¿No ve una desmovilización?

Estoy recorriéndome todas las agrupaciones y lo que me encuentro son muchas ganas de ganar. No encuentro a los militantes arrugados.

¿Cómo se lleva con Alarte?

Bien, siempre nos hemos llevado muy bien.

¿Sí?

Absolutamente.

¿Se ve usted al frente del PSPV en los próximos años?

No ha estado nunca en mis planes y no está en mis planes.

Cambiando de bando, ¿qué opinión le merecen Gürtel y Brugal?

Lamento que la Comunidad haya sido conocida no por sus políticas, sino por casos de corrupción. Lo que más me preocupa es que haya dirigentes del PP que no creen en la Justicia. Cuando se ven envueltos en un caso de corrupción, lejos de dar explicaciones, ataquen a la Justicia.

¿El Pacto Antitransfuguismo sirve de algo?

Claro que sirve, pero si todas las partes lo cumplen.