Pilar Pérez es una vecina de 71 años de edad que reside en Teresa, un pequeño municipio ubicado en la comarca valenciana de Ayora-Cofrentes. El pasado viernes acudió a su consulta semanal con el medico, quien le prescribió varios medicamentos contra la tensión y el colesterol. Eran las diez de la mañana y su siguiente parada fue la farmacia de la localidad. Media hora después salió del establecimiento sin fármaco alguno, a pesar de contar con las llamadas "recetas rojas", subvencionadas en su totalidad por la Generalitat Valenciana.

La boticaria no pudo atender sus peticiones, ya que no cuenta con suficientes reservas en determinadas medicinas. Sanidad no ha hecho frente desde el pasado junio -ya se acumulan las deudas de seis meses- a las partidas que sufragan los medicamentos de personas dependientes (pensionistas, discapacitados, etcéteca) y algunas boticas viven una situación crítica, tras adelantar las sumas con sus propios recursos y no contar en la actualidad con crédito suficiente.

Fuentes del sector confirmaron que cerca del 90% de las farmacias de la Comunidad Valenciana están registrando problemas de abastecimiento, sobre todo en los tratamientos de mayor coste. Muchos establecimientos han tenido que desviar usuarios -el de Teresa no es un caso aislado en la Comunidad- y algunos están funcionando con el método de reservar algunos fármacos con antelación. Compran lo que saben que van a tener que dispensar.

Así es el caso de María -no es su verdadero nombre, prefiere el anonimato-, que regenta una farmacia en un barrio de Valencia. Puntualizó que "atendemos a cerca de cien personas al día y por lo menos a 80 no les puedo dar alguna de las medicinas que me piden. Se las he encargado". Expresó que "el modelo que llevamos años siguiendo se ha centrado en que asumiéramos los pagos de las recetas y a los dos meses nos las desembolsaban. Ahora el dinero no llega y costeamos la sanidad pública. No es que no queramos dar servicio, sino que no podemos sufragarlo. Si ahora que vienen las elecciones nos han dicho que pagarán tarde, no quiero pensar que pasará después".

Ricardo Sanchís -que desde hace treinta años administra una farmacia en Vinalesa- también radiografía la dinámica del sector. Remarcó que "éste es un problema serio, que puede causar que la mitad de las farmacias de la Comunidad Valenciana no aguanten". Argumentó que "si se tratara de no poder pagar los salarios al final acabas pidiendo dinero a tu entorno. Lo que pasa es que no hay recursos para comprar las medicinas".

Protocolos de actuación

La delicada situación financiera que viven los profesionales causó que la asamblea celebrada el pasado jueves en el Colegio de farmacéuticos de Valencia estuviera marcada por la agitación.

Maria Teresa Guardiola, presidenta del colegio, comentó que "fue uno de los encuentros más multitudinarios de los últimos años y se centró en la difícil coyuntura que vive el sector. Hemos redactado algunos protocolos de actuación para contar con instrucciones con las que actuar de forma adecuada en estas circunstancias y mañana los haremos públicos. La situación nos ha venido muy de repente a todos". La presidenta explicó que "la ley dice que si no das servicio o si cierras tu tienda te pueden multar con 90.000 euros, pero ¿qué pasa si el boticario no tiene dinero para comprar las medicinas porque no le pagan?". Guardiola estima que para poder contar con un "stock" adecuado las farmacias necesitan 200 millones de euros -sólo en Valencia y una cantidad similar en Alicante- y confirmó que "el colegio está en negociaciones con entidades bancarias para poder contar con un nuevo crédito -el último fue suscrito con el Banco de Valencia y expiró en agosto- que permita abonar los pagos de tres meses. Sanidad nos ha expuesto un calendario de pagos -en enero recibirían las sumas atrasadas de septiembre, octubre y noviembre y el resto se prorratea hasta 2014- pero no hay nada firmado". Sobre la posibilidad de dejar de dar servicio, la representante del Colegio comentó que "las medicinas básicas -antibióticos, antiinflamatorios, antitusígenos- siempre van a estar a disposición. No creo que ninguna farmacia acabe cerrando".

Inician una campaña informativa

El Ayuntamiento de Ayora, en Valencia, ha iniciado una campaña de información sobre los problemas de escasez de medicamentos en la zona y los intentos de algunas farmacias de cobrar el precio de las medicinas sin aplicar el descuento que corresponde. El objetivo es remitir esas quejas a Sanidad para que tome medidas contra los establecimientos. Los vecinos de Ayora pueden realizar las denuncias en las dependencias del Ayuntamiento, policía local o centro de salud, según manifestaron fuentes municipales a este diario. Según las mismas fuentes en estos momentos existen en las oficinas municipales dos denuncias de vecinos a los que una farmacia les intentó cobrar los medicamentos solicitados. También en el Centro de Salud se ha dado entrada de otras dos quejas "además de otros vecinos que no se han atrevido a formular su descontento". josé ferrer