El menú de la sesión de control de ayer dio también protagonismo a la parcela sanitaria. Tras la polémica generada por el anuncio de la conselleria sobre la reagrupación y cierre de camas en los hospitales, el choque llegó ayer al hemiciclo a costa de los retrasos en la apertura de hospitales.

El conseller de Sanidad, Luis Rosado, fue rotundo en su respuesta a los representantes de la oposición sobre las demoras en estas puestas en marcha para sentenciar que las instalaciones "se abrirán cuando la sociedad valenciana pueda permitirse el lujo de poder abrirlas".

El máximo responsable de la sanidad autonómica insistió en el compromiso ofrecido al inicio de la legislatura de "cumplir" con todos los anuncios que tenían pendientes. Una afirmación que llegó acompañada de matices ya que, según Rosado, se afrontarán "siempre que no pongamos en peligro el sistema sanitario público valenciano".

"Es la única posibilidad que tenemos. Lo único que les vamos a pedir por favor a los representantes de la oposición es que nos dejen gestionar de una forma adecuada para evitar destruirla", explicó. El conseller cargó duramente contra la representante socialista, Cristina Moreno, a quien pidió que no acuse a los demás de "mentir", ya que hacerlo es "ofrecer datos inciertos como, por ejemplo que en la Comunidad se van a cerrar camas, cuando no se están cerrando", o "hablar de listas de espera cuando no existen las listas de espera, o decir que no se han hecho inversiones cuando sí se han realizado".

En esta misma línea, el conseller fue a los ejemplos concretos para afirmar que "mentir es decir que no se abrirán determinados hospitales, cuando sí se han abierto" el del Vinalopó, Torrevieja y Denia, o la ampliación de los hospitales de Elda, de la Plana y de Manises. Lejos de frenar en este punto, las salpicaduras en sanidad llegaron también a cuenta de la "inauguración" del hospital La Fe en Valencia a la que hizo alusión el presidente Alberto Fabra. Unas instalaciones que, según los socialistas, han vivido este mismo acto "hasta tres veces" con distintos cargos del PP.

Más preocupados por los proveedores manchegos

La deuda contraída con los proveedores por la Generalitat saltó ayer en varias ocasiones al hemiciclo de los Cortes Valencianas. Tras unas primeras explicaciones del jefe del Consell fue el titular de Hacienda, José Manuel Vela, quien insistió en que el Gobierno -acuciado por las demandas de proveedores- afrontará sus compromisos de pago y, en una apuesta clara por rebajar hierro al asunto, precisó que a él le "preocupan muchísimo más" los proveedores de Castilla-La Mancha, cuya deuda fue rebajada el pasado miércoles al nivel de bonos basura por la agencia Moody's, "que los proveedores de la Comunidad".

El conseller aprovechó su intervención en las Cortes para lanzar un dardo envenenado al Gobierno advirtiendo de que, "coincidiendo con la campaña electoral, ahora se anuncia una línea del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para que los proveedores puedan cobrar". Una medida que espera que se active "mañana mismo, sobre todo pensando en otras autonomías, como la que acaba de ver rebajada su deuda al nivel de bonos basura". Con todo, el portavoz de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, insistió en la necesidad de que los presupuestos para 2012 incluyan un plan de pago "efectivo" tanto para los proveedores como para los ayuntamientos.