¿Cree que nuestro modelo sanitario está agotado?

En 2005 un grupo de expertos ya proponíamos un nuevo contrato social por la sostenibilidad del sistema sanitario público español. Pero entonces eran tiempos de vacas gordas, todo el mundo era feliz y nadie quería meterse en problemas. La paradoja es que había condiciones para mejorar el sistema y la mala noticia es que los cambios ya son necesarios, pero hay menos margen. Ahora va a ser más estresante y conflictivo hacerlos.

¿Qué medidas se pueden aplicar?

Hay dos estrategias. Una es pasar la podadora, que es lo que está haciendo Cataluña. El problema es que te llevas grasa, pero también músculo, y es muy difícil ser selectivo. La otra estrategia serían como quien cuida un bonsai y que sólo quita aquello que necesita ser eliminado. Esta última es una estrategia muy selectiva, que requiere de gestores muy profesionales.

¿Entiendo que antes que recortar hay que reestructurar el sistema?

Sí. Se trata, por ejemplo, de no recortar en la calidad asistencial, sino en las cantidades de servicios no necesarios.

¿Reducir la cartera de servicios?

No tanto la cartera como las cantidades. Por ejemplo, en algunas áreas de salud se ingresa dos veces y media más a ancianos que en otras.

Plantea usted un cambio en el tratamiento del paciente crónico, ¿puede ahorrar mucho al sistema?

Hay que pensar que el hospital de agudos está pensado para el agudo. Para el enfermo crónico ese hospital es tóxico, ya que es una máquina eficiente pensada para el tratamiento de patologías. El paciente crónico también es tóxico para el hospital de agudos porque lo atasca. Hay que cambiar ese modelo y eso exige una buena coordinación con Primaria y con los servicios sociosanitarios, pero también en la forma en la que se organizan los hospitales. Ese es el gran reto.

¿Qué le parece el modelo de hospitales públicos de gestión privada por el que ha optado La Generalitat en la Comunidad Valenciana?

Es un modelo que ha cubierto la necesidad de crear centros nuevos. El problema es que no arregla el gran reto de transformarlos en hospitales donde se forma a los médicos, donde se desarrolla la actividad de alta especialización y que dan soporte al conjunto de la red. La atención política se ha centrado en hacer hospitales como de "lancha rápida" y esos recursos no se han prestado a los trasatlánticos (en referencia a los grandes hospitales). Otro reparo es que se crean redes paralelas y se genera una presión financiera importante, según se avanza en la utilización de estos sistemas de gestión privada.