¿Cómo valora su trabajo de oposición en estos primeros cien días de mandato?

Esquerra Unida no había estado en la anterior legislatura y hemos dado respuesta a las expectativas que se habían depositado en nosotros para que realmente hubiera una labor de oposición en el Ayuntamiento de Alicante tras cuatro años en los que ha brillado por su ausencia.

¿Y el del equipo de gobierno?

La alcaldesa empieza los cien días como empezó, bajo una grave sospecha de corrupción en relación al urbanismo de la ciudad, que está paralizado y lastrado por esa situación. Hay una continuidad absoluta de la acción política del equipo de gobierno con respecto al mandato anterior y de los déficits democráticos, como son la falta de transparencia y de participación ciudadana, así como en el ánimo de dificultar la labor de la oposición, que es algo que se está agravando.

¿Cree que los escándalos de corrupción han relegado a un segundo plano la actividad del Ayuntamiento?

Sin duda. Hay una parálisis urbanística y no hemos visto en estos cien días ninguna iniciativa del equipo de gobierno relevante en materia de empleo.

¿Cambiará algo en los próximos meses?

Van a estar muy marcados por los escándalos de corrupción ligados al Plan General. Estamos a la espera de la decisión que pueda tomar el Tribunal Superior de Justicia respecto a la imputación o no de Sonia Castedo. Si se produce, eso podría llevar a que dimitiera como ha pasado con Camps. Nosotros seguiremos insistiendo en que se paralice la aprobación del planeamiento.

El equipo de gobierno ha metido la tijera dentro del Ayuntamiento para hacer frente a la crisis, ¿considera que los recortes son acertados y equitativos?

Empezaron antes de las elecciones con la amortización de puestos de trabajo e irán a más por la precaria situación del Ayuntamiento. Sin embargo, no vemos que se hagan recortes en la nómina de asesores de la alcaldesa y del equipo de gobierno. Donde sí se van a aplicar es en los grupos de la oposición y a nosotros, que tenemos menos concejales, nos supone un agravio mayor. La alcaldesa usa el nuevo reglamento, que deja en sus manos los recortes, como arma política.