Un examen forense de algo menos de una hora realizado ayer a la parricida del barrio de Los Ángeles -quien acabó con la vida de su hija de tres años a mediados de agosto- determinará si sufre algún tipo de trastorno mental que pueda haberle afectado en el momento en el que mató a la niña. Raquel R.B. llegó ayer acompañada por agentes de la unidad de conducciones hasta los calabozos de Benalúa, donde permaneció hasta que fue reclamada para someterse a un extenso interrogatorio realizado por el mismo forense que le practicó la autopsia a su hija. Algunas de las preguntas, según ha podido saber este diario, se orientaron también al estado putrefacto en el que se encontraba la vivienda en la que la mujer residía con su hija. El resultado que determine el forense revelará si padece algún trastorno y en qué grado, lo que podrá determinar la pena a imponer por el fiscal ya que un problema mental podría suponer un atenuante.

Asimismo, una vez el resultado sea trasladado al órgano de instrucción encargado del caso, será el juez el que decrete la continuidad de la mujer en el hospital psiquiátrico de Fontcalent o su traslado a la prisión. La parricida, a la que se le imputa un delito de asesinato, confesó a la Policía y al juez que acabó con la vida de Sheila una vez supo que los servicios sociales iban a quitarle la tutela de la menor. Anteriormente, ya le retiraron la custodia de sus otros tres hijos.