La prohibición de fumar en el interior de los establecimientos públicos conlleva que los fumadores tengan que salir fuera de los locales a fumar. Aunque eso no es motivo de denuncia para el dueño del establecimiento, sí lo es el que dejen sus puertas abiertas y la música salga al exterior o que la gente saque sus bebidas a la vía pública, si no dispone de terraza. El aumento del ruido en la calle ha generado muchas quejas vecinales, lo que lleva aparejado un mayor control y más sanciones.