La crisis aprieta y, para muchas familias, resulta muy difícil afrontar los gastos que conlleva equipar a los chavales para la vuelta al cole. Las nuevas tecnologías, sin embargo, lo hacen un poco más fácil gracias a la posibilidad de intercambiar, vender o comprar libros de texto usados, mochilas, material escolar e incluso el uniforme a través de Internet.

Decenas de páginas web de compra venta, cambio o trueque sirven de soporte para los anuncios de particulares que ofertan todo tipo de material, desde compases a calculadoras, desde útiles de dibujo a carteras. En la red, por ejemplo se puede encontrar "una mochila vaquera con carro" por 12 euros de un anunciante de Alicante, y otro que ofrece un carro mochila "en perfecto estado", que costaría 18 euros en la tienda, por 5 euros. La palma, sin embargo, se la llevan los libros de texto sobre los que hay cientos de anuncios de todo tipo, desde los que están dispuestos a regalar los manuales del año anterior, a los que ofrecen un intercambio por los que le interesan este año; aunque sobre todo hay ofertas de venta.

La mayor parte de anunciantes en la red destaca el buen estado de los libros que se pueden obtener por un precio que oscila entre los 9 y los 20 euros por ejemplar. Buceando por Internet se pueden encontrar todo tipo de ofertas para que el inicio de curso salga un poco más barato. Un anunciante ofrece por ejemplo los libros de tercero de la ESO a 13 euros cada uno aunque señala que, si se adquieren más de 3, los rebaja a 10 euros. También hay quien ofrece el lote completo de libros de Primero de Bachillerato por 80 euros. No está mal si, como aseguran sus dueños, están en buen estado dado que, de media, los libros de cada alumno nuevos vienen a costar algo más de 200 euros en el caso de la ESO y Bachillerato, la mitad para quienes cuentan con el bonolibro en el caso de la Enseñanza Primaria, según se ha señalado desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Enseñanza Pública Gabriel Miró, cuyo presidente, Ramón López, considera a este respecto que en tiempos de crisis, "es fundamental recortar los gastos del inicio de curso mientras no logremos nuestro objetivo que es lograr la gratuidad total de los libros".

La posibilidad de vender o intercambiar los libros de texto y el material al final de curso tiene además una función educativa para los estudiantes según el presidente de la FAPA Gabriel Miró, para quien "sería bueno que los alumnos se acostumbren a cuidar el material y a compartirlo". Una opinión similar mantiene la presidenta de la Federación de AMPAs de Centros Concertados Escuela y Familia, Julia María Llopis, quien cree que "no hay una buena educación respecto al cuidado de los libros como cuando nosotros éramos niños" para añadir que "los padres en general no nos calentamos mucho la cabeza y la venta o el intercambio de libros por internet todavía es minoritaria". Lo que sí sigue funcionando, como toda la vida, es la herencia de un hermano a otro en el caso del uniforme, diccionarios y material así como los libros que, si hay suerte, se pueden reutilizar aprovechando la obligatoriedad marcada por parte de la Conselleria de Educación de mantener los mismos textos durante cuatro años.

Las AMPAs facilitan el intercambio de libros

Mientras siguen luchando por la ansiada gratuidad total de los libros y el material escolar, las APAs de muchos centros, además de ocuparse de la adquisición y reparto de los manuales escolares nuevos, facilitan en muchos casos la reutilización y compra de libros usados cuando están en buen estado. Tal como ha señalado Ramón López, "hay iniciativas muy bonitas con padres y madres que se preocupan por recoger los libros usados, borrar lo que haya escrito en su interior, forrarlos y ponerlos a disposición de los padres que no tienen suficientes medios para comprarlos nuevos". Al margen de estas ayudas y del Bonolibro "que cada año se recorta más", Ramón López y Julia María Llopis coinciden en defender el modelo de biblioteca de aulas que se ha puesto en marcha de forma experimental en algunos centros y que supone la adquisición de los libros por parte de la Administración para su uso por los alumnos en los centros escolares que serían los propietarios del material. Las AMPAs también abogan por la introducción de las pizarras digitales y los libros electrónicos que, además de abaratar, acabarían con las pesadas mochilas de los niños. I.V.