El anticiclón instalado sobre la provincia desde el final de la semana pasada provocó ayer temperaturas máximas que alcanzaron los 34 grados en muchos municipios del interior y los 32 en la franja costera. Registros más habituales de agosto que de la primera quincena de septiembre que se cerrará el próximo jueves sin que haya cambiado el tiempo.

La sensación de calor se disparó, además, porque a las altas temperaturas se unió un alto grado de humedad, lo que aumentó el bochorno durante toda la jornada. A las 20.30 horas en la ciudad de Alicante el mercurio marcaba 28 grados y se esperaba una noche más que templada (en torno a los 20 grados) y nada preotoñales, según apuntó Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. "Hay que tener en cuenta que todavía estamos en verano, pero la verdad es que para estas fechas lo normal sería que refrescara, sobre todo por la noche. Lo peor, sin embargo, es que no está lloviendo nada y la situación sigue estable", subrayó Olcina.