El Ayuntamiento de Alicante mediará entre los vecinos que se oponen a la instalación en Virgen del Remedio de la que será la mayor mezquita de la ciudad y la Comunidad Islámica para buscar el consenso entre las partes antes de que se instale el centro cultural y religioso propuesto en un edificio sin viviendas del barrio. Así lo aseguró ayer la edil de Coordinación de Proyectos, Sonia Alegría, quien ya ha concertado una reunión para la próxima semana con los representantes vecinales que se oponen al proyecto y que han presentado cerca de 2.000 firmas para pedir que no se le conceda licencia y que se ubique en otra zona de la ciudad, alegando, entre otras razones, que puede generar problemas de convivencia.

Un argumento que rechazan tajantemente desde el Ayuntamiento. "No creo que se pudiesen producir. En este barrio, como en otros de la Zona Norte, hay mucha población inmigrante y, salvo algún conflicto muy aislado como el que puede darse en otro lugar, la convivencia es ejemplar", destaca la concejal. Alegría explica que, junto con la edil de Participación Ciudadana, se encargará de mantener reuniones, primero con los vecinos y posteriormente con los representantes de la Comunidad Islámica, para tratar de acercar posturas entre ambas partes. "Tenemos obligación de mediar", asevera Alegría, quien indica en que si el proyecto cumple con los requisitos legales el Ayuntamiento le concederá la licencia. "Respetaremos su instalación si, como en todo, no se incumple ninguna ordenanza ni se generan molestias", apuntó. Mientras, desde la Gerencia Municipal de Urbanismo siguen tramitando la solicitud de la licencia y todavía no se han pronunciado al respecto.

Como se recordará, a principios de agosto la Comunidad Islámica pidió licencia al Ayuntamiento de Alicante para poder abrir un centro cultural y religioso en un edificio de la calle Pino Santo del barrio Virgen del Remedio. Aunque el inmueble -conocido porque mantiene un mural de Gastón Castelló- cumple con la exigencia municipal de ser independiente y sin viviendas, algunos vecinos y comerciantes del barrio no tardaron en movilizarse para tratar de impedir su instalación.

Recogieron firmas y presentaron alegaciones ante el Ayuntamiento argumentando que el edificio no está preparado para albergar a mucha gente, que habría problemas de aparcamiento, que "se agravarían" los problemas de seguridad en el barrio y que supondría para la zona "un impacto social, económico y de convivencia negativo".

Desde la Comunidad Islámica rechazan todos esos argumentos y sostienen que no todos los vecinos están en contra y que el edificio cumple con la normativa y es idóneo para el centro que proponen y que sustituiría a la mezquita actual del Raval Roig. Insisten en que no se generarían molestas al vecindario y en que no sólo sería religioso, sino que tendrá carácter sociocultural.

El PSOE ofrece su ayuda en la mediación

Ante la oposición de algunos residentes al centro cultural y religioso que propone la Comunidad Islámica en Virgen del Remedio, la portavoz del Grupo Municipal Socialista, Elena Martín, ofrece su colaboración al equipo de gobierno local para "impulsar el diálogo entre las partes, de modo que se garantice para todos, comunidad musulmana y residentes de la zona, el normal ejercicio de sus derechos como ciudadanos".

Martín sostiene que la ciudad "es un ejemplo de convivencia y pluralidad que habría que cuidar", para lo que propone "seguir trabajando para que la libertad de culto y la normal convivencia ciudadana sigan siendo compatibles". Según la portavoz socialista, "estas cuestiones se deben dirimir dentro del más absoluto respeto a los principios constitucionales de libertad de culto y aplicando las ordenanzas que nos obligan a todos sin excepción". Al respecto, la socialista incide en que "es responsabilidad de las instituciones garantizar que no se aplican distintas varas de medir en función de razas, credos, ideologías o lugar de procedencia, porque todos los ciudadanos tienen el derecho a ejercer su libertad de culto y la obligación de no alterar la normal convivencia del resto". Para Martín, "una sociedad libre y plural solo es posible con un margen de tolerancia por parte de todos y un compromiso firme de mantener la normal convivencia".