La posibilidad de que se instale en Virgen del Remedio la que sería la mayor mezquita de la ciudad -sustituyendo a la del Raval Roig- ha despertado la oposición de numerosos vecinos y comerciantes del barrio, que en apenas unos días han reunido cerca de dos mil firmas para pedir al Ayuntamiento de Alicante que deniegue a la Comunidad Islámica la licencia que solicitó a principios de agosto para abrir un centro cultural y religioso en la calle Pino Santo número 1 -frente al Centro Social Gastón Castelló-.

Además de las firmas, varias comunidades de propietarios han presentado alegaciones en las que sostienen que el inmueble no está preparado para recibir a una importante afluencia de personas, que en la zona no hay suficiente aparcamiento y que produciría "un impacto económico, social y de convivencia negativo".

Unas alegaciones que la Comunidad Islámica rechaza de plano. En primer lugar, el presidente de este colectivo, Majed Khadem, señala que después de mucho buscar han logrado dar con un edificio idóneo que se ajuste a las exigencias urbanísticas para la instalación del centro que, según incide, tendrá carácter sociocultural y no sólo religioso. Al respecto, recuerda que se trata de un edificio independiente, sin viviendas, ya que no se admiten locales de colectivos religiosos que no ocupen todo el inmueble. Eso facilitaría que les concedieran la licencia municipal, que actualmente tramita la Gerencia Municipal de Urbanismo.

"Es un sitio adecuado. No hay viviendas en el edificio y, por tanto, no se molestará a nadie para entrar y salir del centro", señala Majed Khadem, quien insiste en que el inmueble "cumple con todos los requisitos" y en que "no queremos hacer ruido ni romper la tranquilidad de nadie". En cuanto a los problemas de aparcamiento, señala que muchos de los que acudirían residen en la zona. Al respecto, el presidente de la Comunidad Islámica asegura que "no todos los vecinos" se oponen a la instalación del centro y que ha recibido el apoyo de muchos de ellos.

En la calle hay diferencia de opiniones, pero la realidad es que los comerciantes y vecinos han recogido numerosas firmas en muy poco tiempo. "En dos días llenamos 4 ó 5 folios de firmas en mi establecimiento", dice el propietario de un comercio de la zona. "Queremos evitar aglomeraciones", dice otro. "No tengo nada contra la comunidad islámica, pero no es el mejor sitio para reunir a tanta gente y no queremos que sea un foco de conflictos", dice la representante de una de las comunidades de vecinos que ha presentado alegaciones. Estas son algunos de los argumentos que se esgrimen en las alegaciones y firmas remitidas al Ayuntamiento por los vecinos, pero en la calle y en las terrazas de los bares se escuchan comentarios de todo tipo.

Unos prejuicios que preocupan a la comunidad islámica. Es por ello, por lo que insisten en que no sólo será un lugar de rezo, sino que será un centro que fomentará la integración social en el que se impartirán cursos y talleres así como actividades culturales. Al respecto, Majed Khadem se muestra convencido de que muchos vecinos cambiarán su percepción cuando el centro comience a funcionar. "Estará abierto a todo el mundo y quien quiera será bienvenido", señaló.

Desde la Comunidad Islámica señalan que la única mezquita que hay en la ciudad es la ubicada en el Raval Roig, si bien de dos años a esta parte se han habilitado dos locales de la zona norte como oratorios. La intención de este colectivo es obtener la licencia para reformar el edificio de Virgen del Remedio -conocido porque hace años albergó la Sociedad Cultural Cobensa y porque en su fachada conserva un mural de Gastón Castelló- y trasladar a él la sede de la comunidad y cerrar así la mezquita del Raval Roig. Indican que el inmueble consta de tres plantas, en las que habrá espacio para oficias, actividades y también para el rezo. Es por ese carácter multifuncional por lo que desde la comunidad islámica prefieren llamarlo centro cultural y religioso y no mezquita.