La deuda de los grandes proyectos de ocio de la Generalitat -alrededor de 1.800 millones de euros, unos 300.000 millones de las antiguas pesetas- supera a la de tres autonomías y es casi similar a la de otras dos, según se desprende del análisis de los datos de la Cuenta General del Consell correspondientes al ejercicio de 2010. Los "números rojos" de las empresas públicas dedicadas a gestionar la participación del Consell en complejos como Terra Mítica, la Ciudad de la Luz, la Ciutat de les Arts i les Ciències (Cacsa), el circuito de Cheste o el aeropuerto de Castellón superan, de acuerdo a los datos del Banco de España, el endeudamiento de autonomías como Asturias, La Rioja o Cantabria y es muy parecido al de Extremadura o Navarra.

Los datos de la Cuenta General de 2010, conocidos hace tan sólo unos días, evidencian que los grandes proyectos de ocio iniciados, en su momento, bajo mandato de Eduardo Zaplana; corregidos y, en algún caso, amplificados durante la gestión de Francisco Camps; y ahora heredados por Alberto Fabra continúan siendo una sangría económica que, además, crece año tras año. Durante el último ejercicio, de hecho, Proyectos Temáticos -la mercantil a través de la que el Consell cotrola su participación en Terra Mítica, un parque ahora gestionado por Aqualandia en régimen de alquiler- acumuló pérdidas en un sólo año por importe de casi 70 millones de euros. Cacsa, un complejo ubicado en Valencia, registró un saldo negativo de 51,2 millones. La Ciudad de la Luz alcanzó los veinte millones, el aeropuerto de Castellón casi diez y el Circuito de Motor alrededor de 1,2 millones. Siempre de pérdidas.

El gran problema, sin embargo, es el "agujero" acumulado durante ejercicios y ejercicios de saldos negativos que han obligado a recurrir al crédito -tanto a largo como a corto plazo- para poder mantener a flote y en funcionamiento un entramado de empresas con deudas acumulados por valor de 1.794,9 millones. No se trata de una cantidad menor. Ni mucho menos. Ese dinero, por ejemplo, duplica con amplitud el presupuesto de la conselleria de Infraestructuras, el departamento inversor por excelencia de la Generalitat; multiplica por ocho el presupuesto de la Diputación de Alicante; por 25 los fondos que, en el presupuesto para 2011, figuran en las cuentas de la conselleria de Turismo; y sería suficiente, de sobra, para poder abonar la factura del gasto farmacéutico de todo un año en la Comunidad Valenciana.

Tanto Proyectos Temáticos -la empresa a traves de la cual el Consell participa en Terra Mítica- como la Ciutat de les Arts i les Ciències se han convertido en un pozo sin fondo y acumulan deudas, respectivamente, por importe de 614 y de 740 millones. Entre las dos suman un "agujero" superior a los 1.350, unos 220.000 millones de las antiguas pesetas. Sólo la deuda bancaria de Proyectos Temáticos rebasa los 502 millones. El aeropuerto de Castellón, una instalación que ya ha sido inaugurada pero en la que ni despegan ni aterrizan aviones, ya tiene un "boquete", sin empezar a funcionar, de 200 millones de euros.

En la Ciudad de la Luz, el complejo cinematográfico que la Generalitat impulsa en Alicante, la deuda es de 190 millones de euros. Y en el Circuito del Motor de Cheste casi alcanza los 52. Factura total: 1.794,9 millones. Todo ello sin sumar, por ejemplo, los 1.200 que debe Canal 9; o la crítica situación de Ciegsa, la empresa encargada de la construcción de colegios con deudas aplazadas más allá del año 2030.

La cantidad es tan importante que, de acuerdo a los datos del Banco de España, superaría los "números rojos" de tres autonomías. Es decir que, únicamente con el "agujero" de sus proyectos de ocio, la Generalitat ya debe más que las comunidades de Asturias, Cantabria y La Rioja, con un endeudamientos acumulado que, conforme a los últimos datos, alcanza los 1.661 millones, 1.081 y 870, respectivamente.

El "boquete" financiero de los proyectos de ocio del Consell, igualmente, es muy parecido, aunque un poco inferior, a la deuda de Extremadura (1.821 millones) y de Navarra, que llega a los 1.925. La situación, por tanto, es alarmante y obliga a un reajuste, tal y como el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, viene apuntando con insistencia desde que sustituyó a Francisco Camps al frente del Consell a finales del pasado mes de julio.

En principio, como ya explicaron desde el PP durante la campaña electoral, la intención de la Generalitat es reordenar todo el sector público valenciano en tres "holdings" con el objetivo de racionalizar al máximo los gastos. Al "agujero" económico de los proyectos de ocio de la Generalitat se suma, además, a la caída del volumen de actividad. La cifra de negocio del Circuito de Motor instalado en la localidad valenciana de Cheste, por ejemplo, cayó un 33% durante el año 2010.

Un banco público

Al tiempo que las deudas se acumulan, Proyectos Temáticos -la empresa matriz de la que dependen las sociedades que gestionan muchos de esos proyectos- se ha convertido en una especie de banco público a la hora de conceder créditos. En este sentido, la mercantil tiene autorizados préstamos, tanto a corto como a largo plazo, por importe de 250 millones de euros repartidos entre la Ciudad de la Luz (160 millones); Terra Mítica por un montante de 50; y al aeropuerto de Castellón por un total de 43 millones.

La crítica situación de los proyectos de ocio de la Generalitat, como vuelve a evidenciar el análisis de la Cuenta General de 2010, no es mas que un reflejo de una autonomía, la Comunidad Valenciana, que arrastra la segunda mayor deuda de España en valores absolutos -únicamente superada por los datos de Cataluña- y la primera en relación a su PIB.

El alquiler de Terra Mítica y el canon de la Fórmula 1

La Cuenta General de 2010, el balance de los números de la Generalitat y de sus empresas públicas durante el último ejercicio, revela detalles sobre la crítica situación de algunas sociedades y, al tiempo, sobre lo que realmente le cuestan algunas iniciativas a las arcas del Consell. El documento, por ejemplo y a raíz de la decisión de alquilar las instalaciones de Terra Mítica, recoge que Aqualandia -la mercantil que gestiona el complejo temático de Benidorm- entregó un anticipo que, por cuestiones legales, tuvo que ir a nombre del parque y no de Proyectos Tematicos -la empresa que controla la participación pública en Terra Mítica- para poder hacer frente a deudas pendientes.

La memoria también destapa que el canon para celebrar el Gran Premio de Europa de Fórmula 1 en el circuito urbano de Valencia supuso un desembolso de 16,4 millones de euros, unos 3.000 millones de las antiguas pesetas, al margen de las cuantiosas obras de acondicionamiento y adecuación de un circuito urbano que se monta y se desmonta "ex professo" para la carrera.