Se empeñó, una noche de junio, en regalarle a su novia unas rosas, pero lo hizo de tal manera que el regalo le salió caro. La Audiencia Provincial de Alicante ha ratificado una sentencia emitida por la antigua titular del juzgado de lo Penal número 8 de Alicante en la que condena a un año de prisión a un hombre que le robó tres rosas a un joven, menor de edad, que se encontraba en el paseo de Doctor Gadea.

La Audiencia ha ratificado así la sentencia condenatoria de la magistrada, que falló que el procesado debía cumplir una pena de prisión de un año por un delito de robo con violencia, aunque en la práctica no irá a la cárcel al no tener antecedentes penales y no ser la pena de prisión superior a los dos años.

Según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, firmada por la antigua titular del juzgado de lo Penal número 8 de Alicante, Laura Seguí, los hechos ocurrieron en la madrugada del 22 de junio de 2009. El hombre vio mientras iba por el paseo de Doctor Gadea a un joven, menor de edad, que se encontraba en ese momento con unos amigos y que portaba tres rosas en la mano. Según la magistrada, el procesado, aprovechando que el joven era menor, se le acercó y le presionó con fuerza la muñeca izquierda, hasta que el otro soltó las flores, consiguiendo así el primero arrebatárselas. Según se tiene en cuenta en el fallo, la víctima no pudo defenderse porque el otro brazo lo tenía escayolado. El chaval, según la citada sentencia, requirió la ayuda de dos agentes de la Policía Local que se encontraban cerca de la zona, los cuales detuvieron al acusado, que estaba a unos metros de donde sucedieron los hechos ya que intentó marcharse con las flores.

La sentencia refleja que a consecuencia de este episodio, el varón menor de edad sufrió pequeñas lesiones en la muñeca, si bien no precisó de asistencia médica.

La argumentación en que se apoya la jueza para solicitar la prisión es que los hechos se desencadenan conforme a lo tipificado en un delito de robo con violencia, ya que la magistrada considera que ésta fue empleada para conseguir las flores. Sin embargo, debido a que no concurren circunstancias especiales que aconsejen imponer una pena mayor, aplica la sanción en su grado menor, acordando sólo un año.

Durante el juicio, el acusado admitió que se quedó con las rosas, aunque negó que lo hiciera obligando a la víctima a soltarlas después de apretarle las muñecas. Por otro lado, la jueza también tuvo en cuenta el testimonio de los policías que intervinieron en la detención, que relataron que el menor tenía en ese momento marcas en la muñeca por la fuerza empleada por el acusado.

Requisitos

La jueza considera que se cumplen los tres requisitos que definen un delito de robo con violencia: en primer lugar, la sustracción de cosas ajenas, en este caso las rosas; en segundo lugar, el empleo de violencia, como fue el apretón de muñeca para forzar a la víctima a soltar las flores, y por último, ánimo de lucro, ya que la intención fue apropiárselas. La jueza reconoce que la fuerza empleada no suponía peligro para la víctima, pero que sí justifica la imputación del delito.