El día después de la tradicional cena de inicio de curso del PPCV, que quedó mediatizada por la inesperada presencia e intervención del expresidente Camps, desde el Palau de la Generalitat restaron importancia a una aparición que eclipsó el primer acto multitudinario de Alberto Fabra como líder de los populares. Desde el entorno del presidente apuntaron que la intervención de Francisco Camps ante los militantes estaba "pactada" con Fabra, al tiempo que apuntaron que la llegada del expresidente no incomodó en ningún momento a Fabra, dada la "buena relación" que mantienen los dos líderes populares.

Tanto desde la Generalitat como desde la dirección regional del partido explicaron que la sorpresa no fue tal, ya que desde la tarde del viernes, día en que se produjo la cena, se sabía que Camps tenía intención de acudir con su mujer, y más de una hora antes ya se previó que intervendría.

Esa previsión, con todó, no evitó el malestar del portavoz nacional del PP, Esteban González Pons, que se quedó sin turno de palabra para no alargar más la cena -que empezó pasadas las once-. Algunas fuentes, además, apuntaron que la reaparición de Camps en el inicio de curso puede incomodar en Madrid, cuando precisamente la dimisión de Camps tenía por objeto evitar que la campaña de Rajoy para las generales estuviera marcada por su presencia, imputado por cohecho en el caso de los trajes de Gürtel.

Con todo, aunque la cena del viernes no terminó por convertirse en un homenaje al expresidente, Camps estuvo bien arropado. Fue el líder provincial del PP en Castellón, Carlos Fabra, el que ejerció de maestro de ceremonias, exhibiendo su poder al ejercer como presentador de Camps. Fabra insistió al expresidente, que se hizo de rogar, hasta que finalmente se puso ante el micro.

La intervención del expresidente tampoco dejó indiferente a la nutrida delegación alicantina que participó el viernes en la cena del PP en Benicàssim. Varios dirigentes consultados ayer por este diario se mostraron sorprendidos por la iniciativa de Camps y algunos de ellos, todos zaplanistas, consideraron que estaba "fuera de lugar". Al margen de que no estuviera prevista, subrayaron que "no era el momento". Sobre todo, porque fue el primer gran acto público de Alberto Fabra como presidente del PPCV.