Si los proveedores de material sanitario cumplen su amenaza y cortan en un mes el suministro a los hospitales de la Comunidad, la medida provocaría la paralización casi inmediata de determinados servicios. Y es que el stock de gasas, vendas, jeringuillas o material quirúrgico en los hospitales públicos de la provincia está en precario y determinados servicios se podrían ver desabastecidos en dos o tres días, según han confirmado diferentes fuentes sanitarias.

Según explican desde UGT en el Hospital General, "en los últimos años el almacenamiento de material sanitario se ha ido reduciendo debido a la crisis económica y a los impagos a las empresas proveedoras". Un ejemplo son las operaciones para implantar prótesis de titanio, que se verían automáticamente afectadas ante un desabastecimiento, ya que según apuntan desde UGT, "las piezas son muy costosas y prácticamente se piden de un día para otro". Otros servicios como hemodiálisis "tienen suministros para funcionar de manera independiente entre dos y tres semanas". Otras fuentes sanitarias señalan que un desabastecimiento en áreas como reanimación o anestesia podría generar un caos en los hospitales.

Sin embargo, desde la Conselleria de Sanidad insisten en matener la calma y aseguran que "no se va a producir un desabastecimiento de material en las próximas semanas". Desde el departamento que dirige Luis Rosado aseguran que se mantendrá el calendario de reuniones con la plataforma que agrupa a las empresas proveedoras de material y que la intención es ir abonando a las empresas los 300 millones de euros impagados en los últimos tres años.

Fuentes de los proveedores aseguran que en las últimas semanas la Conselleria de Sanidad se ha puesto en contacto con empresas de otras comunidades autónomas para comprarles material, "aunque todas están al corriente de lo que ocurre en la Comunidad".

La última reunión mantenida el pasado martes entre la Plataforma de Proveedores de la Sanidad Pública con el conseller de Sanidad, el secretario autonómico de Hacienda y el director general de Recursos Económicos de Sanidad supuso un duro varapalo para las empresas que ven prácticamente imposible que la Conselleria pueda hacer frente a la deuda en un periodo razonable de tiempo.