Viajeros desorientados y cargados con bolsas y maletas caminando a pleno sol de una estación a otra, despistes, nervios y quejas por la falta de información y coordinación, y confusión en la venta de billetes.Así transcurrieron las primeras horas de la nueva terminal de autobuses, que entró ayer en funcionamiento prestando el 80% de los servicios que ofrecerá habitualmente en su nueva ubicación junto al barrio portuario de Heliodoro Madrona y que registrará un tráfico de 415 llegadas y salidas cuando esté a pleno rendimiento. El primer autobús salió a las 6.30 de la mañana con destino Valencia y diez minutos después hacía su entrada uno de los vehículos que cubre la ruta Santa Pola-Elche-Crevillente.

La moderna estación, con 16 dársenas, más tres de reserva, pantallas informativas como las de los aeropuertos y un sistema automatizado para dirigir a los autocares, sustituye al viejo edificio de la calle Portugal, inaugurado en 1947 y que mantenía unas instalaciones obsoletas, sin espacio para dotarlas de nuevos servicios y con solo cuatro andenes. Éstas todavía seguirán abiertas unos días, en concreto hasta el 12 de septiembre, como punto de salida y llegada de las líneas que enlazan Alicante con Madrid, Barcelona y Andalucía "por cuestiones logísticas" de la compañía Alsa, "que tiene billetes vendidos con tres meses de antelación", según explicó ayer el concejal de Tráfico, Juan Seva, quien supervisó el estreno de la nueva instalación junto a su director, Julio García, y a José Luis Romillo, director general de Vectalia, grupo del que forma parte La Alcoyana que, junto a Enatcar, gestionará la terminal por, en principio, un máximo de nueve años a cambio de un canon anual de 50.000 euros.

Aunque los usuarios prefieren las modernas instalaciones, muchos de ellos criticaron la desorganización y calificaron de "caótico" el traslado. "Esto es un lío, no hay información suficiente", dijo un viajero que acudió a la nueva terminal para coger un autobús a Barcelona y al que le mandaron de regreso a la antigua. Por el contrario, un matrimonio de jubilados que esperaba en la vieja estación de la calle Portugal su transporte a Benidorm lo perdió porque desde ayer salen de la nueva.

Varios empleados de Alsa informaban en la antigua estación a los pasajeros despistados. "He mandado a más de treinta personas en lo que va de mañana a la nueva", explicó uno de estos trabajadores, que criticaron al Ayuntamiento porque en la tarde del martes modificó completamente los planes de traslado. Según dijeron, hasta el 12 de septiembre Alsa tenía previsto salir con todos sus autobuses desde la vieja estación y parar en la nueva a recoger viajeros "para que se fueran familiarizando" pero a última hora recibieron la orden de fletar directamente desde la moderna terminal todos los autobuses a Valencia, Murcia y los que realizan recorridos por la provincia, en total más de 40 servicios de ida y otros tantos de vuelta, "y aunque hemos colocado carteles, no nos ha dado tiempo a informar a los viajeros". Además, los conductores de estos autobuses tuvieron que vender a mano los billetes dentro de los vehículos ya que las cuatro taquillas de Alsa-Subús de la nueva estación aún no han abierto -las otras nueve de distintas empresas sí que funcionan-, lo que provocó algunos retrasos en salidas y llegadas. "Los viajeros están un poco estresados con el cambio, todo es nuevo y la cafetería no está abierta aún, con lo que no pueden entretenerse", explicó un conductor, que destacó que la nueva ubicación les facilita el trabajo al no tener que atravesar el centro de Alicante.

Pese a todo, el concejal de Tráfico dijo que los despistes son "lógicos" y habló de "incidencias mínimas". "A nivel de salidas y entradas de autobuses y de tráfico funciona perfectamente y se demuestra que las obras del acceso Sur eran fundamentales para que la estación tenga su propia vida".