El aumento del tráfico de drogas en la prisión alicantina de Fontcalent ha obligado a reforzar la investigación de las tramas que se encargan de estas prácticas. El ministerio del Interior ha asignado a los llamados grupos de control y seguimiento, que se han encargado tradicionalmente de vigilar el entorno de presos relacionados con el terrorismo y el crimen organizado, a investigar el narcotráfico dentro de la cárcel. A lo largo de este verano, se han realizado las primeras incautaciones de estupefaciente, fruto de estos trabajos, principalmente de familiares que aprovechan los vis a vis para el contrabando. En Fontcalent se han hecho cargo de estas investigaciones este verano, mientras que en Villena ya se iniciaron el año pasado.

Controlar la correspondencia de los presos vinculados con ETA o el terrorismo islamista, hacer seguimiento a las redes de crimen organizado que intentan continuar controlando sus actividades ilícitas desde la cárcel o investigar las presuntas redes de extorsión entre la población reclusa son algunas de las labores a las que se vienen dedicando estos grupos dependientes de la dirección de la prisión. Desde este verano, investigar el tráfico de drogas dentro de la prisión ha pasado a ser otro más de sus cometidos. De esta manera, se refuerza la lucha contra la venta de sustancias estupefacientes, al añadir más recursos a los tradicionales controles de seguridad que se vienen realizando por parte del personal dentro del recinto penitenciario.

Rastreos

Dentro de sus labores de control a la población reclusa más conflictiva, los funcionarios también deberán rastrear los conductos por los que la droga entra dentro del recinto penitenciario e identificar a las personas que manejan el tráfico ilícito dentro de la prisión. El refuerzo de la actividad busca también disuadir a quienes intenten realizar algún pase cuando vayan a visitar a algún familiar a la cárcel ante el temor de encontrarse con una seguridad mucho más estricta. A lo largo de este verano ya se han empezado a practicar las primeras incautaciones, la última de ellas esta misma semana.

Fontcalent cuenta con una población reclusa de 967 presos, mientras que en Villena la cifra asciende a 1.319 internos. La principal causa de encarcelamiento en las distintas causas que tramitan los juzgados de la provincia es precisamente el tráfico de drogas. Cada año, se realizan más de un centenar de intervenciones en cada centro colocando a la provincia como una en las que mayores incidencias se registran de todo el país. Hachís y cocaína son las sustancias principales que se interceptan en los controles de seguridad, pero se ha llegado a registrar algún caso de dosis de heroína.

En los últimos meses, tanto de la Fiscalía como en Instituciones Penitenciarias se ha venido detectando un incremento del tráfico de drogas dentro de las cárceles. Fuentes del ministerio público incidieron en que las redes de narcos han llegado a utilizar a familiares de presos que están sometidos a una vigilancia menor como medio para hacer llegar esta droga al interior de la cárcel. Desde Instituciones Penitenciarias se ha venido recalcando que el aumento de las incautaciones de estupefaciente en las prisiones se debe precisamente a que se está reforzando la seguridad.

Precisamente, el tráfico de drogas dentro de la cárcel ha tenido cierta polémica, debido a que los juzgados de lo Penal no están condenando en los casos en los que la sustancia intervenida es insignificante. El criterio no es compartido por la Fiscalía que está recurriendo ante la Audiencia todas estas absoluciones, dado que entienden que todo aquel que intenta introducir droga en la cárcel tiene la intención de venderla. La confrontación se está dando con el hachís, ya que algunas de las aprehensiones llevadas a cabo por los funcionarios son mínimas. "Si esas cantidades no son objeto de ninguna sanción penal si se cogen en la calle, tampoco deben de serlo en prisión", señalaron fuentes del Palacio de Justicia para justificar el criterio de los magistrados.

En un juzgado de lo Penal, se llegó a dar la situación de que el fiscal se encontró con que la juez rechazó una propuesta de conformidad entre acusación y defensa por un pequeño pase de droga en la cárcel de Villena. El motivo para denegar este acuerdo se vio nada más terminar la vista. La magistrada tenía la intención de absolver al acusado.

No hay discrepancia, en cambio, en el caso de otras sustancias más fuertes, como es el caso de la cocaína, donde la Audiencia ya ha dictado varios condenas este mismo año por hechos recientes, la mayoría de ellas cerradas por una conformidad entre el fiscal y la defensa.