El Síndic de Greuges, José Cholbi, alerta de que convertir "lo que debería ser una situación excepcional y transitoria" como la instalación de aulas docentes prefabricadas "en un estado de cosas que se prolonga durante años" no puede recibir "la consideración de una actuación pública regular".

Cholbi hizo estas afirmaciones en respuesta a una queja del AMPA del colegio público 103 de Valencia, en la Avenida Baleares, por la tardanza en construir el nuevo centro, proyectado junto a las antiguas naves de la empresa Cross, que permitirían a los alumnos abandonar los "barracones provisionales".

El Síndic considera que si bien es "legítimo" recurrir a la escolarización de alumnos en módulos prefabricados, la Administración debería recurrir a esta medida "sólo con carácter residual, y en todo caso provisionalmente", mientras se llevan a cabo las instalaciones definitivas.

"Esta institución comprende que haya etapas de provisionalidad, pero éstas no pueden alargarse indefinidamente", ya que si los trámites de ejecución de centros docentes no son ágiles "se corre el riesgo de que los alumnos pasen toda la etapa educativa obligatoria en situación de provisionalidad", alerta Cholbi.

Para el defensor del pueblo valenciano, la educación que se ofrece a los alumnos de este colegio "no es susceptible de conseguir el nivel de calidad previsto y que la propia legislación considera como mínimos".

En consecuencia, pide la adopción de las medidas necesarias para que esos alumnos tengan la opción de recibir una enseñanza de calidad, en la que "resulta innegable el evidente protagonismo que han de jugar las instalaciones" en las que se desarrolla la función docente. Cholbi ha reabierto una queja que formuló el AMPA por el retraso del nuevo colegio. La Conselleria alegó que era provisional.