Los trenes del corredor mediterráneo son en la actualidad más lentos que a finales de la década de 1990. La entrada en servicio de los Euromed, hace 14 años, supuso la reducción de la duración de los trayectos entre Barcelona y Alicante a 4 horas y 35 minutos, parando únicamente en Tarragona, Castellón y Valencia. En estos momentos, estos mismos servicios tardan hasta 20 minutos más en hacer ese recorrido. En este tiempo, el precio de los billetes se ha incrementado en más de un 40%.

Los trenes Euromed comenzaron a circular en junio de 1997, después de que una parte importante del itinerario entre Alicante y Barcelona se adaptara a velocidades máximas de 220 kilómetros por hora. En los tramos mejorados se renovaron carriles, se duplicó la vía y se rectificaron curvas, o incluso se construyó un trazado totalmente nuevo a lo largo de varios kilómetros. Así se hizo entre La Encina y Xàtiva, acortando el recorrido de Alicante a Valencia, además de en la zona del delta del Ebro, que eliminó un gran rodeo que hasta entonces se daba por la ciudad de Tortosa.

A estas mejoras se sumó la introducción de nuevos trenes, que ofrecieron una notable imagen de modernidad a la línea. Este material, los automotores S-101, eran exactamente iguales a los que cubrían el trayecto entre Madrid y Sevilla por la vía de alta velocidad, pero de ancho ibérico. Con ello, el corredor mediterráneo se dotaba de un "pseudo-AVE" que ofrecía un importante salto cualitativo en la oferta ferroviaria, aunque esa escalada también se produjo en el precio: un billete de Alicante a Barcelona en clase Turista costaba más de 6.000 pesetas en 1997, una cifra algo elevada para la época.

El servicio Euromed se presta desde 2009 con material de la serie 130 de Talgo, el mismo que realiza los Alvia Alicante-Madrid, y que también tiene los 220 kilómetros por hora como velocidad máxima. Con ello, se dan las condiciones para que sea igual o más rápido que en 1997. Sin embargo, y a pesar de que ha habido algunas mejoras más en el corredor -como el soterramiento de las vías en Castellón y la variante de Benicàssim-, ahora se tarda más que hace 14 años. Eso, en condiciones normales, porque hasta el próximo día 27, la ejecución de unas obras de gran envergadura a la entrada de Barcelona están haciendo que los trenes inviertan casi una hora más en hacer el trayecto.

Tramos de una sola vía

Uno de los mayores lastres que tiene el corredor mediterráneo es la pervivencia de tramos de vía única. El principal cuello de botella es el existente en Tarragona, desde el municipio de Vandellòs hasta la capital de esa provincia. En este punto, la línea soporta un elevado número de circulaciones, que sólo pueden cruzarse en las estaciones. Además, la vía discurre por el interior de grandes núcleos urbanos como Cambrils y Salou, donde varios pasos a nivel obligan a los trenes a circular a una velocidad bastante reducida.

Hace ya varios años que empezó a construirse una variante de trazado desde Vandellòs hasta la estación de alta velocidad de Tarragona, situada a varios kilómetros de la ciudad. Sin embargo, las obras llevan mucho tiempo paralizadas, estando ya ejecutada en gran parte la plataforma. Por ello, no parece que la duración del viaje hasta Barcelona vaya a reducirse a corto o medio plazo.

Tres trenes, luego cinco y ahora cuatro

El Euromed comenzó con tres servicios diarios Barcelona-Alicante por sentido, más otros dos sólo hasta Valencia. Tuvo un notable éxito desde el principio por el recorte en el tiempo de viaje -aunque con el inconveniente de no parar en estaciones como Elda y Villena-, lo que hizo que ya en 2000 la oferta fuera de cinco trenes Barcelona-Alicante y un sexto más hasta Valencia. Sin embargo, en 2006 uno de los Euromed hasta Alicante se sustituyó por un Alaris, parando en varias estaciones más entre Tarragona y Valencia -pero no en Villena y Elda-, al tiempo que los servicios Barcelona-Valencia se incrementaban a siete. Esta situación se mantiene en la actualidad.