La última campaña electoral de Francisco Camps, la que le sirvió para lograr hace poco más de dos meses una mayoría en las urnas que le ha durado apenas unas semanas, se financió sin préstamos, ni operaciones bancarias. Pero, eso sí, con una aportación directa de la dirección nacional del PP superior a los 900.000 euros, más de tres cuartas partes del coste total de la campaña electoral que, según la declaración de los populares a la Sindicatura de Cuentas, supuso un gasto de casi 1,3 millones de euros. Socialistas y EU, por contra, sí recurrieron al crédito para poder pagar sus deudas electorales, mientras que Compromís sólo declara a la Sindicatura como vía de ingreso una cuenta en la que el Bloc, la principal fuerza de la coalición, guarda las cuotas de sus militantes.

Visto su resultado, el PP, en todo caso, podría haber apurado más sus gastos de campaña. Dejará de ingresar unos 187.000 euros, que también le pertenecían tras haber alcanzado, aunque con una merma de casi 70.000 votos, los 55 diputados en las Cortes. De hecho, la Sindicatura de Cuentas reconoce al PP una subvención electoral de casi 1,5 millones de euros. La ley, en todo caso, sólo permite abonar a un partido la cantidad que declara como gasto. Así que los populares únicamente podrán embolsarse 1,291 millones de euros, la cantidad que habrían dedicado a su campaña para las autonómicas.

No han tenido que endeudarse los populares valencianos. Al contrario. Contaban con el anticipo de 452.000 euros de acuerdo a su apoyo electoral en 2007, cantidad que, como el resto de partidos, no ha ingresado, algo de lo que alerta la Sindicatura en su memoria. Pero, sobre todo, con una aportación directa de Génova de la friolera de 902.000 euros. O, al menos, eso es lo que declaran desde la cúpula del PP y así lo recoge la Sindicatura en su fiscalización del último proceso electoral. Tiene pendientes de abonar todavía más de 389.000 euros. Así que no tendrán que pagar ningún préstamo durante los próximos años para saldar deudas y facturas de la última campaña de Camps.

No ocurre lo mismo ni con los socialistas ni tampoco con EU. El PSPV de Jorge Alarte sí tuvo que recurrir a un préstamo de 650.000 euros, concedido por el Banco Popular a un interés del 5%. Los socialistas declaran gastos por importe de 956.000 euros pero, al perder subvención merced al retroceso electoral, tendrán un déficit real de unos 90.000 euros. Tiene todavía pendiente de pago a proveedores una cantidad cercana al medio millón de euros, según se desprende del informe de la Sindicatura de Cuentas aprobado hace unos días pero colgó ayer en su web.

EU, que se quedó como cuarta fuerza política del parlamento valenciano, también tuvo que recurrir a dos operaciones de tesorería con el Banco Popular por valor de 145.000 euros y concedidas con interés del 5,5%, además de los fondos procedentes de una cuenta del partido en la que sumaban unos 19.000 euros y de aportaciones privadas por importe de unos 30.000 euros. Los buenos augurios que las encuestas concedían a EU, luego matizados en el resultado final, le facilitaron la posibilidad de acceder a los préstamos, lo que le ha posibilitado poder afrontar la campaña sin los anticipos que le garantizaba la ley por sus resultados electorales en 2007. Declara gastos de campaña por 179.000 euros, de los que alrededor de 4.000 están todavía por saldar.

Todo lo contrario le ocurrió a Compromís. Los sondeos no le vaticinaban representación y la coalición tuvo problemas para conseguir un préstamo de campaña. Declara gastos por valor de 207.000 euros con una única fuente de ingresos: una cuenta con 14.000 euros del Bloc, el principal partido de Compromís. Tiene, por tanto, más de 193.000 euros pendientes de pago. Pero ahora, sin embargo, los bancos, al conseguir auparse como tercera fuerza autonómica, sí le conceden financiación con la garantía de los fondos que recibirá a razón de sus 180.000 votantes.