El comisario jefe de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), José Luis Olivera, considera que la figura del agente encubierto que está regulada para las investigaciones sobre narcotráfico y terrorismo debería ampliarse también al campo de la corrupción para combatirla de forma más efectiva. El responsable de la UDEF, unidad que destapó la trama Gürtel e investiga también el caso Brugal en la provincia, propuso esta semana en Alicante ésta y otras soluciones para hacer frente a los problemas a los que se enfrentan en la investigación de los delitos de corrupción y la obtención de pruebas.

Así, además del agente encubierto, el comisario Olivera, que participó en los cursos de verano de la Universidad de Alicante (UA), apuesta por crear juzgados especializados en corrupción, de ámbito nacional o regional, y por la constitución de "equipos conjuntos de verdad" de Policía Judicial, jueces, fiscales, Agencia Tributaria, Intervención General del Estado, arquitectos y otros técnicos. Según el responsable de la UDEF, "es difícil investigar estos delitos desde un juzgado local", de ahí que destaque la necesidad de aprobar juzgados especializados en delincuencia económica.

Junto a las soluciones mencionadas, Olivera también se refirió a una regulación de las escuchas, de forma que estén suficientemente motivadas y haya plena seguridad jurídica de que no sean anuladas. Sobre las intervenciones telefónicas, también afirmó que su autorización está muy condicionada por el estatus social o político de la persona que se investiga.

Durante su intervención en la UA, el comisario Olivera se refirió a la inexistencia en España de medidas de protección para las personas que denuncian casos de corrupción o testifican contra corruptos y, en su opinión, deberían contar con alguna medida protectora. El responsable policial indicó que en algunos países hay líneas telefónicas que están abiertas las 24 horas del día para recibir denuncias de casos de sobornos. Por ello, "en los países donde se denuncia más, se investiga más y por ende hay menos corrupción", afirmó Olivera.

Uno de los problemas que afronta la Policía en los casos de corrupción es que las investigaciones "se inician muy a posteriori, en ocasiones dos años después de los hechos", lo que se traduce en una mayor dificultad para obtener datos que ayuden a probar el delito que se investiga.

En este sentido, señaló el comisario que en los delitos de corrupción no hay investigaciones de oficio y si las hubiera "estaríamos muy próximos al delito y por tanto habría más efectividad". Estas investigaciones, sin embargo, "parece que están mal vistas..., que la Policía persiga a un político o a un determinado ayuntamiento o una situación concreta".

Personajes públicos

Las investigaciones sobre corrupción, a juicio de Olivera, deben ser secretas, aunque reconoció en su conferencia las dificultades para evitar que trasciendan datos, sobre todo cuando se trata de personajes públicos.

De la media docena de grandes operaciones contra la corrupción que ha realizado la UDEF desde su creación en 2006 -Gürtel, Malaya, Astapa y Brugal, entre otras-, el comisario advirtió del escaso número de personas que ingresaron en prisión provisional. Olivera citó al respecto que en la trama Gürtel, con 10 detenidos y más de 100 imputados, solo ingresaron en prisión tres personas, mientras que en el caso Brugal no ingresó nadie. A su juicio, la medida de privación de libertad provocaría ejemplaridad.