Valiente y optimista son solamente algunos de los adjetivos que describen a Víctor Rodríguez, a quien le trasplantaron la médula en mayo de 2010 tras detectarle un linfoma un año antes y tras superar su enfermedad pretende exprimir cada minuto de su vida, sea en tierra, aire o, en este caso, mar, ya que él es una de las 22 personas que están cubriendo a nado y por relevos los 180 kilómetros que separan Sant Antoni de Alicante. Esta iniciativa, bautizada como la Travesía del Siglo pretende recaudar fondos para la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), así como sensibilizar sobre estas patologías.

"Desde que estoy enfermo no he parado de vivir experiencias increíbles", expresaba Rodríguez a las cinco de la madrugada de ayer en el pantalán D del Club Náutico de Sant Antoni, una hora y media antes de saltar al agua. Este murciano de 36 años es delegado de la AEAL en Murcia y se involucra como voluntario en las distintas actividades de la asociación, pero se cansa de mirar: "Pregunté si yo podría participar en alguna carrera. Después de haberlo pasado muy mal, con lo dura que es la enfermedad... Quería demostrar que el cáncer se puede superar", asegura mientras se sube el traje de neopreno.

La entereza y seguridad con la que habla esconden los nervios previos a comenzar esta aventura: "No he dormido más de dos horas. Es inevitable pensar que pueden ocurrir contratiempos a última hora". Su estado anímico es comprensible, ya que él va a ser el primero en saltar al agua. Otros 21 nadadores le sucederán cubriendo etapas de entre dos y cuatro kilómetros, según su estado de forma y las condiciones del mar, ya que solo dos son profesionales.

Sin embargo, Rodríguez no completa los primeros metros solo, le acompañan el nadador campeón del mundo David Meca y Serrana Fernández, su entrenadora, "la jefa", como le llama Rodríguez. "Cada vez que este chico habla se me pone la piel de gallina", exclama Fernández. "Es alucinante que una persona que hasta hace tan solo siete meses nadaba en la piscina como un perrito haya llegado hasta aquí", destaca la entrenadora y miembro del club de natación RC7 de Alicante, que colabora en esta iniciativa. "Es un ejemplo no solo para la gente que padece la enfermedad, sino para los que están sanos. Con él he aprendido muchísimo", subraya.

La inexperiencia de Rodríguez en este tipo de aventuras contrasta con la veteranía de Selina Moreno, quien a sus 39 años puede presumir de haber cruzado a nado el Canal de Menorca y el Canal de la Mancha. Sin embargo, la carrera más difícil la ganó en 2005, año en que le detectaron un cáncer de mama. "Con la natación quiero demostrar que de esta enfermedad se sale", señala.

A las seis y media de la mañana todo está preparado para comenzar este peculiar viaje, que se prevé que termine el sábado por la mañana en Alicante. Víctor Rodríguez se prepara para saltar. A su derecha se encuentra Meca, el padrino de la iniciativa; a su izquierda, Fernández. "Vamos, valientes", gritan sus compañeros. Transcurridos 20 minutos, Rodríguez termina su carrera personal. "Ha sido impresionante. Una experiencia increíble", cuenta por teléfono después de subir a una de las embarcaciones que acompañan a los nadadores.

Las condiciones adversas del mar, sin embargo, obligaron a interrumpir la travesía a las doce del mediodía, cuando todos los participantes tuvieron que regresar al puerto de Sant Antoni. Sin embargo una hora y media después volvieron a echarse al mar. No fue el único contratiempo. Dos de los participantes abandonaron la prueba al sufrir picaduras de medusa en la cara. "Otro de los aventureros nadaba a contracorriente y hemos decidido que subiera al barco", explica Natalia Bermúdez, de Relaciones Corporativas de AEAL, que viaja en el ferry de apoyo.

Los patrones dudaron si recorrer o no el canal de Ibiza debido al mal estado del mar, aunque optaron por seguir. De todos modos, el resto de la travesía no va a resultar fácil y esperan llegar a la costa alicantina este sábado por la mañana en lugar del viernes por la noche como estaba previsto inicialmente

Una dura prueba de relevos de 180 Km. en mar abierto

Al margen de su valor simbólico, la prueba sienta un precedente deportivo ya que es la primera vez que 22 nadadores cruzan desde Ibiza hasta la península en relevos. Cada participante nadará unos 20 kilómetros saltando al agua unas 3 veces al día hasta completar los 180 kilómetros que separan Ibiza de Alicante. Dos motoras, tres motoveleros y una lancha rápida están acompañando a los nadadores durante la travesía hasta la llegada a Alicante donde se incorporarán nuevos barcos en la caravana contra el cáncer. Además, los participantes en el Reto AEAL cuentan con el apoyo desinteresado de kayaks del Club Gurugukayak de Benicarló que acompañan a los nadadores durante los tres días que dura la prueba. La travesía cuenta con la ayuda de diferentes empresas y organismos además de personas anónimas que han colaborado prestando sus embarcaciones. I. V.