Los vecinos de Tabarca se han puesto manos a la obra para arreglar la iglesia de San Pedro y San Pablo y poder celebrar hoy la que, dicen, será la primera misa que acoja en 15 años.

Ante la desidia de la Generalitat, que dejó a medias la rehabilitación del templo, los isleños han optado por ser ellos mismos quienes lo acondicionen y, en las últimas semanas, han dedicado su tiempo libre a sacar los escombros, andamios y basura que se acumulaban dentro de este templo del siglo XVIII tras la paralización de la reforma.

Las obras comenzaron a principios de 2003 y, aunque un año después debían estar terminadas, se prolongaron varios años hasta que en 2008 se paralizaron por los problemas económicos de la empresa que ejecutaba la restauración promovida por la Conselleria de Infraestructuras. Desde entonces, los escombros y el material de obra se acumulaban dentro de la iglesia y en sus alrededores impidiendo el acceso y el uso del templo. Aunque el inicio de la restauración se produjo hace ocho años, los vecinos sostienen que el proceso para comenzarla fue anterior y que llevan 15 años sin poder celebrar una misa.

Hartos de esperar a que el Consell termine con lo que empezó y de ver el estado de abandono en el que se encontraba el emblemático inmueble, una veintena de vecinos decidió acondicionarla de forma altruista para que pudiese ser utilizada durante las fiestas patronales de San Pablo y San Pedro que dan nombre al templo y que se celebran esta semana.

"No sólo no han hecho nada en 15 años, sino que lo han destrozado", sostiene una vecina, Silvia Larrosa, quien señala que "el estado en el que nos encontramos la iglesia era dantesco". Al respecto, indica que, además de la acumulación de escombros, "el suelo se encontraba destrozado y los altares levantados". Larrosa afirma que "simplemente hemos querido recuperar lo que nos pertenece y lo que otros habían convertido en una escombrera".

Las labores llevadas a cabo por los tabarquinos en su tiempo libre han consistido, sobre todo, en la "retirada de escombros y andamios de dentro y fuera de la iglesia y en la limpieza del interior, repleta de heces de gaviota que han anidado allí", explica esta vecina, que incide en que al no estar cerrados los ventanales "algunos elementos se han deteriorado".

Otro vecino, Diego René López, añade que los obreros "dejaron un agujero excavado en el suelo donde se encuentran las catacumbas y hemos tenido que taparlo para evitar accidentes". Este residente asevera que "estaba lleno de material de obra, basura y, al estar las ventanas abiertas, el yeso se ha deteriorado". Indica, además, que encontraron rotos algunos de los ángeles de piedra de los arcos de la iglesia.

Ambos coinciden en que "no hay peligro, porque el tejado sí se arregló durante las obras ". Por ello, los vecinos optaron por "hacer lo que las administraciones no han hecho" y acondicionarla para poder celebrar misas y trasladar allí las imágenes de los santos que se almacenaban en un local de la Cofradía de Pescadores, que servía a los tabarquinos de iglesia.