Un despacho de abogados de Alicante ha presentado una demanda contra Nintendo ante la OAMI por monopolio en su consola portátil conocido como la DS. La denuncia es consecuencia de la decisión de la compañía japonesa de llevarlos al juzgado por la vía penal por la comercialización de cartuchos de datos.

La demanda pide la nulidad del diseño del cartucho que la multinacional tiene registrada en la euroagencia con sede en Alicante porque suponen una práctica de monopolio. La resolución que salga de este conflicto puede tener gran trascendencia en caso de prosperar, ya que, si las alegaciones son admitidas, la decisión afectaría a todo el conjunto de la Unión Europea.

El dictamen de la OAMI vendrá a reflejar si David puede vencer una vez más al gigante Goliat. La batalla legal ha generado una gran expectación y son numerosos los blogs y páginas de internet especializados en este mundillo que están atentos a lo que pueda salir de ella. Se inicia una partida en la que la pericia de los bufetes de abogados será fundamental en el devenir del proceso.

Los letrados que han presentado la demanda, los alicantinos Luis Berenguer y Mario Pomares, plantean que las pretensiones de la multinacional nipona son equivalentes a que alguien tratara de tener la exclusividad en la fabricación de los cd o los dvd. "Para que el cartucho funcione debe tener la forma del diseño que tiene registrado Nintendo", explicaron, lo que cierra la puerta a que el usuario u otras empresas puedan dar otro uso a la consola.

Nintendo es una de las empresas líderes en el mercado de las consolas de videojuegos con la DS y la Wii, junto con Sony y Microsoft, que comercializan la Play Station y la Xbox, respectivamente. Entre los personajes que protagonizan sus videojuegos se encuentran los célebres Mario Bros y los Pokémon, entre otros, para los que la compañía nipona tiene la exclusiva. Aunque el mercado de los videojuegos parece vivir una edad de oro a pesar del auge de la piratería, las compañías no están dispuestas a que se agote la gallina de los huevos de oro y luchan ferozmente por no perder un ápice de cuota de mercado en la venta de sus productos.

La demanda no va dirigida contra la marca que han generado ya estos iconos del videojuego, sino que se dirige contra el diseño del cartucho que se introduce en la consola.

De la vía civil a la penal

La compañía japonesa tiene muy claro que usar una de estas tarjetas de memoria en blanco para meterla en la consola no tiene otra finalidad más que el pirateo de juegos y se muestra implacable contra quienes comercializan estas tarjetas. Hasta la fecha, los pleitos planteados por la multinacional se ceñían a la esfera civil. Pero esta política ha cambiado este año. Nintendo ha empezado a llevar al juzgado por la vía penal a varios establecimientos por la venta de este producto, reclamando hasta 23 años de prisión a los denunciados por un delito contra la propiedad industrial. Una pena que hasta la propia Fiscalía considera demasiado elevada, ya que lo que ellos solicitaban no llegaba a los dos años de reclusión.

Por su parte, los denunciados han aplicado el lema de "la mejor defensa es un buen ataque" y han contraatacado presentando la demanda en la OAMI reclamando la nulidad del diseño de los cartuchos. El abogado Luis Berenguer explica que los cartuchos tienen otras finalidades y que su uso no es sinónimo de piratería. "El usuario puede guardar fotos, música o incluso desarrollar sus propios programas", asegura.

La demanda plantea que el diseño de los cartuchos para la DS está dictado por su función técnica. Para que la tarjeta funcione y pueda ser usada, debe tener exactamente la forma que ha registrado la compañía ante la OAMI. No hay cabida para darle otra forma innovadora o diferente. Los letrados aseguran que esta práctica es un "abuso" y consideran que se trata de una situación de "monopolio", en la que se excluye a la posibilidad de que otras empresas vendan productos para la consola portátil.

Los demandantes, que son importadores y pequeños distribuidores, aseguran que el cartucho que comercializan sólo es un dispositivo de memoria que no necesariamente se utiliza para fomentar la piratería. La información que contenga será la que le introduzca el usuario. Los cartuchos de memoria tienen un precio aproximado de 11 euros en el mercado. Hay cierto miedo a su comercialización por las posibles repercusiones legales. De hecho, hay recelos en el sector a hablar del volumen de mercado que tiene este producto por razones obvias.

La política de la compañía sobre la piratería ha sido de tolerancia cero. De hecho, Nintendo fue reticente al uso de los cds como el soporte para los juegos optando por los cartuchos por ser más difíciles de copiar. Recientemente, ha lanzado al mercado una nueva versión de la DS en tres dimensiones, pero los diseños de este modelo no están incluidos en la demanda que se ha presentado ante la OAMI.