Conocedor a fondo de la trastienda sanitaria, Luis Rosado Bretón (Madrid, 1957) toma las riendas de la cartera de Sanidad en una época compleja en la que las sombras de los recortes y fantasmas como el del "copago" planean sobre un departamento clave y sensible desde el que se maneja cerca del 40% del presupuesto de la Generalitat.

Su perfil de buen gestor y trabajador inagotable auparon a este especialista en Medicina Intensiva a la Secretaria Autonómica hace ahora cuatro años avalado por una trayectoria que no pasó inadvertida para los pesos pesados del Consell, entre ellos el exvicepresidente Vicente Rambla, con quien coincidió a lo largo de su andadura profesional, entre otros momentos, ocupando éste último el máximo rango sanitario y Rosado la gerencia hospitalaria.

El carácter dialogante y su buena mano como "cortafuegos" en un terreno de grandes embestidas de colectivos y sindicatos han forjado a fuego lento este último paso hacia el primer escalón del Consell. Un recorrido que le confirmó el pasado martes el presidente de la Generalitat sumando a su equipo una pieza de gran calado técnico y alejada de los perfiles más políticos que han caracterizado relevo tras relevo esta cartera, con nombres como el del ya citado Rambla o el de Rafael Blasco.

Con su desembarco, la conselleria vuelve a dar el testigo a un profesional del gremio -su antecesor Manuel Cervera era también facultativo- aunque, en esta ocasión con cuño alicantino, algo que rompe además con la herencia castellonense que había despuntado en la parcela sanitaria. Una vinculación a la provincia que el nuevo conseller constata en su currículum al frente de las tareas de mando en hospitales como el de Villajoyosa o San Juan y el General de Alicante.