La dirección provincial del PP certificó anoche que, salvo un acuerdo que tiene como límite máximo las próximas 36 horas y que parece a estas alturas muy lejano, la declaración de guerra por el control de la Diputación es un hecho. Y puede, tal como están las cosas a día de hoy, que la batalla acabe sin prisioneros. Joaquín Ripoll, presidente del PP en Alicante, optó por plantar cara a Francisco Camps –impulsor, junto a los notables de la dirección regional del PP, del intento de relevarle– y lanzó su candidatura a un tercer mandato en la Diputación durante una reunión de la cúpula provincial del PP en la que fue recibido con una salva de aplausos y con la ejecutiva puesta en pie. «Esto ya se discutió cuando se elaboraron las listas y se me ubicó en el número dos de la candidatura por Alicante para ser el candidato a la Diputación. Ya se acordó y se negoció, con alguna reticencia por parte de algún miembro del partido, pero al final se acordó así», afirmó Ripoll lanzando un dardo en dirección a Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante.

El encuentro, que apenas duró tres cuartos de hora, sirvió, por un lado, para que Ripoll intentara sacar pecho tras los resultados del 22-M. Recordó, en este sentido, que, tras la constitución de los consistorios locales celebrada el pásado sábad0, el partido cuenta con 96 alcaldías, récord absoluto. Y, a pesar de dejar el gobierno, elogió los resultados en Alcoy, Orihuela y Villena, cuya caída –uno de los argumentos del campismo para intentar «despedir» a Ripoll de la Diputación– atribuyó a pactos a varias bandas frente a un PP que, con diferencia, ha sido la fuerza más votada en las tres localidades. El intento de exhibir músculo, obviamente, dio paso a la batalla. Ripoll –que estuvo acompañado, entre otros, por Mónica Lorente, Jorge Sedano o Celia Lledó– tiene que ir a la guerra. Incluso para llegar a un pacto en la distribución de diputados tendrá que salir a campo abierto frente a un campismo que, a medida que pasan las horas, está más convencido que nunca de que esta vez va a derrotarle. Y Ripoll dio todos los pasos hacia la batalla.

La dirección provincial del PP, de hecho, desestimó por unanimidad la propuesta impulsada por los campistas de l´Alacantí en la que excluían a Ripoll del Palacio Provincial. Esa candidatura, como se recordará, está compuesta por Luisa Pastor, alcaldesa de Sant Vicent del Raspeig y la apuesta de Camps para la presidencia de la Diputación; junto a los primeros ediles de Sant Joan d´Alacant y Busot, Manuel Aracil y Alejandro Morant; Juan Ramón Varó, concejal de El Campello y que ya ha ocupado escaño en la Diputación durante los últimos cuatro años; y la hija de Julio España, regidora en el consistorio de Alicante. La lista llegó a la sede provincial del PP en un papel sin sello ni membrete y fue registrada por los maridos de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y de Marta García-Romeu, su portavoz municipal. Los populares de la ciudad de Alicante, por tanto, lideran la revuelta. Tenía los aceptos de los candidatos pero no la firma de los ediles de l´Alacantí que la avalan.

A cambio el presidente de la Diputación trasladó a su ejecutiva una propuesta que encabeza el propio Ripoll y en la que, además, figuran Sebastián Cañadas, alcalde de Mutxamel; el actual diputado Pedro Romero; José Ramón Varó, concejal de Aigües; y Amadeo Lario, edil de Xixona. Como suplentes aparecen, entre otros, Cristóbal Sala, alcalde de La Torre de les Maçanes; José Antonio Bermejo, concejal de Mutxamel; y un regidor de Tibi que anoche, según fuentes campistas, se habría desvinculado de la maniobra. La propuesta fue aprobada por unanimidad aunque facultando al propio Ripoll para negociar una lista de consenso que evite la fractura. «Hay, en estos momentos, una negociación abierta en la que mi nombre no es negociable. Esperamos llegar a una lista pactada como es tradición en el PP», aseveró.

Pero el acuerdo, al menos a estas horas, parece difícil. Los afines al jefe del Consell quieren acabar con Ripoll. Los campistas de l´Alacantí, de hecho, mantuvieron una reunión ayer por la tarde y ya han registrado la candidatura en la Junta Electoral de Alicante, que ha convocado a los concejales electos del PP para el miércoles con objeto de elegir cinco escaños en la Diputación. Dicen contar con 66 avales lo que, de ser cierto, impediría a Joaquín Ripoll presentar su candidatura. No llegaría, de ninguna manera, al tercio que exige la ley. Pero, por contra, el titular de la institución provincial sí asegura tener firmas suficientes. Los campistas señalan que los duplicados se invalidan, los afines a Ripoll, por contra, apuntan que el representante de la Junta Electoral tiene la obligación de consultar al regidor electo el sentido de su rúbrica.

Sea como fuere, el comité ejecutivo, efectivamente, habilitó a Ripoll a buscar un acuerdo con la mediación de Madrid. Tanto el presidente de la Diputación como Macarena Montesinos, diputada en Madrid y presidenta del comité de listas del PP en Alicante, mantuvieron durante toda la jornada intensos contactos con Génova. El propio presidente de la Diputación confirmó que negocia «a varias bandas». Hoy mismo, de hecho, Ripoll estará en Madrid para un acto de la Diputación aunque con parada en la sede central del PP. De su visita a Génova, deben salir claves para resolver el conflicto. Por ahora, sin embargo, la cúpula nacional evitó mojarse a su favor. «Estamos trabajando en la mejor solución para los alicantinos y los valencianos», apuntó De Cospedal.

El resumen, en estos momentos, es que hay una lista oficial –el comité ejecutivo provincial tiene en exclusiva las competencias para designar a los diputados provinciales– encabezada por Ripoll. Y una segunda, avalada por el campismo y registrada en la Junta Electoral, al margen de los Estatutos del PP. Ripoll mantiene contactos con Génova pero, de momento, los campistas rechazan por completo el acuerdo en l´Alacantí. «Es innegociable», apuntaron anoche fuentes de los afines al jefe del Consell que, sin embargo, sí están dispuestos a integrar al ripollismo en otras comarcas. La intención de la dirección regional del PP de acabar con Ripoll es tan firme que, una hora antes de empezar la reunión, ordenó a sus partidarios que boicotearan la cita y no acudieran para restar toda la legitimidad a la ejecutiva provincial.

La lucha también se prepara en las comarcas. Afines a Ripoll y partidarios de Camps recogen avales de concejales para medir fuerzas, si fuera preciso, en la elección de diputados provinciales. Por ahora, la disputa se centra en Alicante. Del resultado de l´Alacantí depende el resto de la provincia. El comité provincial optó por aplazar las propuestas de diputados en el resto de partidos judiciales a la espera de lo que ocurra en l´Alacantí. Si hay negociación, será global. Y si hay guerra en la comarca de Alicante también. «Vamos a prolongar al máximo los consensos para que puedan haber acuerdos», aseveró Ripoll.

Para el presidente de la Diputación, la imagen es «negativa» y dejó claro que la candidatura del campismo en l´Alacantí «no está respaldada por ningún órgano estatutario del partido». Aunque Ripoll dio no ser amigo de los expedientes, el presidente provincial del PP deslizó que «analizará esa actitud», del mismo modo que se «analizará» el hecho de que algunos militantes del PP en Orihuela participaran en las elecciones como interventores de una lista independiente. A Mónica Lorente le faltaron 70 votos para la mayoría. La batalla está servida.